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Carta a
Barack H. Obama desde Cuba y respuesta a la misma desde Miami.
Las cartas hablan sobre los fondos y distintos puntos de vista al
respecto…
Mi respuesta a la carta que algunos enviaron al Presidente
Obama
Angel de Fana
MIAMI, FL, abril (www.cubanet.org) - El que hace esta nota, Angel De
Fana, director de Plantados, lleva muchísimos años, quizás más de los
que muchos activistas actuales llevan en la oposición, tratando de que
el gobierno de Estados Unidos autorice que parte del dinero destinado
por ese gobierno para promover la democracia en Cuba, pueda ser enviado
dentro de Cuba a los opositores, a los periodistas independientes, etc.
Héctor Palacios y muchos otros opositores saben perfectamente que el
gobierno de Estados Unidos no ha permitido que ese dinero llegue a Cuba.
Yo también hubiese suscrito la carta enviada al Presidente Obama el 9 de
abril del presente año, si su redacción utilizara argumentos válidos y
apropiados, en vez de poner en duda la integridad de algunas
organizaciones del exilio que reciben apoyo económico del gobierno de
Estados Unidos para el programa de promoción de la democracia en nuestro
país.
Estimo que es de muy mala intención por parte de quienes redactaron y
firmaron esa carta, conociendo como funciona el programa del gobierno de
Estados Unidos, haber escrito al Presidente Obama: "Resulta escandaloso
y fraudulento que la mayor parte de dichos recursos, que provienen de
contribuyentes norteamericanos, salvo honrosas excepciones, se ha
gastado o malgastado de manera caprichosa e irresponsable....".
Esas líneas cuestionan la integridad y honradez de quienes en el exilio
(y antes lo hicimos en Cuba) hemos dedicado, y seguiremos dedicando,
gran parte de nuestra vida a la lucha por la libertad de todos los
cubanos. Y lo hemos hecho, y lo seguiremos haciendo, sacrificando
nuestra economía personal y la de nuestros familiares, a pesar de la
mala opinión que algunos opositores puedan tener de nosotros, y a pesar
de las maniobras de agentes de la Seguridad del Estado para tratar de
desacreditar a la oposición democrática, de dentro y fuera del país.
Es mi opinión que si quienes redactaron y firmaron esa carta querían
señalar que alguna institución o persona había realizado una acción
“escandalosa y fraudulenta” con los fondos recibidos, y tenían prueba de
ello, debían mencionarla por sus nombres y apellidos.
No obstante, ojalá que el actual gobierno, del Presidente Obama,
autorice que se envíe directamente a los opositores y activistas dentro
de Cuba, todo o la mayor parte del dinero asignado a ese programa.
Las organizaciones que reciben el dinero del gobierno de Estados Unidos
dentro del programa para promover la democracia en Cuba, cumplen con lo
que establece ese programa. Cuando ocurre una irregularidad, que ha sido
en muy pocas ocasiones, la ley les pasa la cuenta. Este es un país donde
la ley predomina. Aquí constantemente los auditores de distintas
agencias del gobierno se pasan varias semanas al año investigando,
revisando papeles, libros y programas computarizados, buscando
irregularidades en cada una de las instituciones que reciben dinero del
gobierno para el programa de promover la democracia en Cuba. Aquí cada
actividad, cada operación, tiene que estar avalada por su
correspondiente documentación, de acuerdo a parámetros establecidos por
la ley.
Repito, ojalá que el actual gobierno de Estados Unidos autorice el envío
de dinero a los opositores, lo cual es nuestro deseo y por lo cual hemos
venido haciendo gestiones desde hace mucho tiempo. Quizás, por el
contrario, también le haga caso a otro párrafo de la carta, que expresa:
“Si el gobierno de los EE.UU. no puede garantizar, en lo adelante, que
la ayuda para la promoción de la democracia en Cuba llegue realmente, de
manera prioritaria, al principal escenario, es decir, al interior de
nuestro país, entonces será mejor retirar esos fondos y emplearlos en
otros objetivos”.
En ese caso, el gobierno del Presidente Obama también estaría haciendo
caso a los deseos de la dictadura castrista, por lo que ha venido
trabajando desde que se inició el programa para la promoción de la
democracia en Cuba, utilizando a sus agentes internos y externos, para
que se elimine. Porque ese programa permite que se apoye la divulgación
de denuncias e informaciones que envían los periodistas independientes;
que se lleven a Ginebra y otros foros internacionales las violaciones a
los derechos humanos del pueblo cubano; que se organicen eventos
internacionales para apoyar a la oposición interna; que se editen libros
y otros documentos (entre ellos algunos de presos políticos y opositores
que residen en Cuba) que luego se utilizan en las bibliotecas
independientes, que se envíen medicamentos y algunos alimentos a
compatriotas dentro de la Isla; que se envíen radios y otros medios de
comunicación y de apoyo a la labor de los activistas, entre otras muchas
cosas, que benefician la lucha por la libertad de Cuba y, en nuestro
caso particular, permite la estructura logística para obtener unos
$300,000 al año, de contribuciones privadas, de empresarios y
trabajadores exiliados cubanos, algunos de los cuales son personas
retiradas que envían, cuando pueden, cinco o diez dólares, para que se
los hagamos llegar a los familiares de los presos políticos y a algunos
opositores democráticos.
Los que dirigimos y trabajamos en nuestra oficina tenemos nombre y
apellidos, y nuestra institución no se llama “honrosas excepciones”, que
eso es muy vago, que no determina a quienes se refiere. Nuestra
organización se llama Plantados hasta la Libertad y la Democracia en
Cuba, y tiene cuatro directores que entre ellos cumplieron, plantados,
cien años de prisión… cuando nadie escuchaba, ni había, como ahora,
programas que permitieran que los familiares de los presos políticos y
los luchadores recibieran apoyo económico ni de ningún tipo.
Miami, 20 de abril de 2009
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Carta enviada al Presidente de Estados Unidos
desde Cuba:
La Habana, 9 de abril de 2009
Excmo. Sr. Barack Obama
Presidente de los Estados Unidos de América
Washington, D.C.
Excelencia:
Tenemos el honor de dirigirnos a usted para exponerle algunas ideas y
preocupaciones, en tanto miembros del Movimiento Todos Unidos, de la
Unidad Liberal de la República de Cuba y de la Agenda para la Transición:
1. Consideramos que la asistencia al pueblo de Cuba por parte de las
naciones democráticas es un propósito totalmente legítimo. Esta
legitimidad es también válida cuando se trata de la ayuda al movimiento
de derechos humanos y pro democracia al interior de nuestro país.
2. Durante años, la mayor parte de la asistencia proporcionada por el
pueblo de los Estados Unidos para la promoción de la democracia en Cuba
se ha utilizado en el exterior en iniciativas o propósitos que nada
tienen que ver con el principal objetivo.
3. En ocasiones, esa asistencia ha servido para satisfacer determinadas
agendas políticas excluyentes que han tratado y tratan de dividir a la
resistencia democrática interna.
4. Resulta escandaloso y fraudulento que la mayor parte de dichos
recursos, que provienen del contribuyente norteamericano, salvo honrosas
excepciones, se ha gastado o malgastado de manera caprichosa e
irresponsable: funcionarios en Washington no han sido capaces de
asegurar una utilización eficiente y adecuadamente supervisada de esa
asistencia.
5. Si el gobierno de los EE.UU. no puede garantizar, en lo adelante, que
la ayuda para la promoción de la democracia en Cuba llegue realmente, de
manera prioritaria, al principal escenario, es decir, al interior de
nuestro país, entonces será mejor retirar esos fondos y emplearlos en
otros objetivos.
6. Las transmisiones de Radio Martí siguen teniendo una gran importancia
a pesar de la masiva interferencia electrónica del gobierno de Cuba que
ha reducido, de manera extraordinaria, los niveles de radioaudiencia.
La programación de Radio Martí debe ser constantemente perfeccionada y
ajustada a los más altos intereses de la democracia en Cuba.
7. El servicio de Televisión Martí simplemente no llega a los hogares
cubanos: en este caso la interferencia gubernamental tiene una eficacia
de casi el 100 %.
Recomendamos que se estudie, con urgencia, si existe la real posibilidad
de que esa señal televisiva pueda verse en nuestro país. Si se demuestra
lo contrario, y hasta tanto se logre una transmisión efectiva, tal vez
seria mejor reasignar los fondos de TV-Martí para aumentar el
presupuesto y la potencia de Radio Martí.
8. Somos partidarios de que se mantengan o amplíen los contactos
diplomáticos con la dictadura totalitaria que impera en Cuba pero sin
olvidar que el principal designio de ese régimen es, al igual que en
todo el último medio siglo, perpetuarse en el poder y burlarse de la
buena fe de las naciones democráticas.
9. Debe tenerse especial cuidado en no contribuir, directa o
indirectamente, a que dicho régimen obtenga más dinero para usarlo, de
manera prioritaria, en el reforzamiento de su capacidad de control
social y de sus poderosas maquinarias de represión política y
propaganda.
10. Para nosotros siguen siendo cruciales la libertad incondicional de
todos los prisioneros políticos; el cese de la represión contra el
movimiento de derechos humanos y pro-democracia; el respeto de los
derechos civiles, políticos y económicos y la publicación en Cuba de la
Declaración Universal de Derechos Humanos y de los grandes pactos de la
ONU en esa materia, aún pendientes de ratificación, y el reconocimiento
legal del creciente pluralismo político de la sociedad cubana.
Le deseamos, sinceramente, muchos éxitos en el desempeño de su alta
misión,
Atentamente,
Francisco Chaviano González
Gisela Delgado Sablón
Guillermo Fariñas Hernández
Héctor Palacios Ruíz
Ana Margarita Perdigón Brito
Elizardo Sánchez Santa Cruz
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