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Elegimos el camino angosto de la desobediencia civil

Nosotros, activistas del Partido Pro Derechos Humanos de Cuba (PPDHC) afiliado a la Fundación Andrei Sajarov, quienes fuimos desterrados violentamente por el Partido Comunista de Cuba (PCC), proclamamos los siguientes criterios sobre el “Llamamiento a un Diálogo Nacional” que el Movimiento Cristiano Liberación (MCL) propone nuevamente desde el 19 de enero de 2009.

La Historia demuestra que generalmente la mayoría se equivoca. Al respecto Jesucristo dijo: “Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (
Mateo 7:13,14).

El pueblo cubano oprimido quiere vivir en libertad porque “En cadenas vivir es vivir / En afrenta y oprobio sumido”. Sin libertad no hay derechos, ni justicia, ni paz, ni dignidad humana, ni proceso democrático. La puerta estrecha y el camino angosto de los que habla metafóricamente Jesucristo equivalen a la aceptación de la verdad y a obrar según ella.

Parte de esa verdad es que el PCC, con sus leyes injustas y con sus procedimientos criminales, mantiene a la sociedad cubana en estado de desarraigo; usurpa el poder indefinidamente; conculca los derechos humanos; asesina, encarcela, tortura y destierra a sus adversarios políticos. Por lo tanto siendo el PCC la causa del conflicto es improbable que sea parte en la solución del mismo.
Además el régimen del PCC nunca ha expresado arrepentimiento por sus actos ni deseos de contribuir a resolver el conflicto causado por él y por eso creemos que el diálogo no es una opción real ni un procedimiento liberador pues coincidimos con el Reverendo Martin Luther King, Jr. cuando aseveró: “La libertad nunca es voluntariamente otorgada por el opresor; debe ser exigida por el que está siendo oprimido”.

No existe antecedente histórico que avale la hipótesis de restablecer la ley usando como base a la arbitrariedad por lo tanto señalamos que la intención del MCL de “ir de la ley a la ley” es un sofisma, es un ideal inalcanzable en el contexto cubano, pues los códigos y normas impuestos por el PCC se basan en principios excluyentes como el Artículo 5 de la Constitución donde primero se formula que “El Partido Comunista de Cuba... es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado” y después se encadena el destino del pueblo a “la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”. Por tanto consideramos un absurdo que el MCL le proponga a la oposición “Trabajar juntos al gobierno... para echar a andar un proceso en el que se puedan transformar, rápidamente, las leyes para que estas garanticen el ejercicio de todos los derechos civiles y políticos”. ¡Las leyes injustas no se transforman sino que es un deber moral desobedecerlas hasta erradicadas, y los derechos se ejercen aunque grupos criminales como el PCC impongan normas que los prohíban!

Entre los objetivos que propone el MCL, además de convocar a “Trabajar juntos al gobierno” (gobierno opresor e ilegítimo que no se arrepiente de sus crímenes ni manifiesta voluntad para solucionar el conflicto que causa), Oswaldo Payá y sus partidarios especifican que ese hipotético trabajo conjunto debería desarrollarse “sin ruptura del orden, ni de la institucionalidad”. Esta postura del MCL es errática y también excluyente ya que es inaceptable para quienes creemos en la desobediencia civil como método de lucha capaz de erradicar sistemas opresivos como el del PCC. Por eso el MCL no es creíble cuando asegura que el espíritu de su proposición es que “Todos los cubanos... pueden participar con plenos derechos en este proceso pacífico”.

La desobediencia civil es la manifestación suprema del amor porque mediante ella el activista rechaza la violencia, la rebelión, el odio, la venganza y confronta pacíficamente al opresor con la verdad irrefutable de que él es quien menoscaba la dignidad humana. En consecuencia, nos oponemos al llamado del MCL para respetar el orden arbitrario y la institucionalidad espuria del PCC.

Convocamos a manifestar amor al prójimo desobedeciendo las injustas leyes impuestas por los comunistas en Cuba!

El activismo pacífico por los derechos humanos no se puede minimizar al extremo de contemporizar con el ordenamiento injusto del opresor. Jesucristo, el amor hecho carne, expulsó del templo a mercaderes y cambistas (Juan 2:14,15); enfrentó corruptas instituciones religiosas; infringió leyes injustas; agitó a la sociedad; alteró el orden público; y no le importó por ello ser reprimido, encarcelado, torturado, castigado en un juicio amañado y asesinado en la cruz junto a delincuentes comunes a quienes perdonó sus pecados. Sin embargo Jesucristo no exoneró de culpas a los seguidores del mal ni comulgó con ellos. Por lo tanto es inaceptable para nosotros la propuesta del MCL de trabajar “juntos (a) representantes del Gobierno y la Asamblea Nacional del Poder Popular” a cambio de que ellos liberen a los prisioneros políticos. Nuestros presos se merecen más que ser canjeados por la inmunidad de sus carceleros. Ellos merecen justicia.

El PCC tiene que responder por sus crímenes ante la ley. Sin justicia no se levanta a ninguna sociedad de la esclavitud. No somos partidarios de las venganzas pero tampoco apoyamos procedimientos que traten de eximir de responsabilidad a los causantes de más de medio siglo de horror. Jesucristo, quien encarna los principios de eterna verdad, nos advirtió: “Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” (Mateo 7:16). Conocemos al PCC por sus obras. Sus espinos siguen hiriendo al pueblo. Por lo tanto no aceptamos las proposiciones del MCL según la cuales al PCC se le deben perdonar sus actos criminales y se le debe permitir tomar parte en el escenario político del futuro.

El MCL le dice al pueblo oprimido y a las organizaciones opositoras que para solucionar el problema en Cuba “debemos encontrarnos con representantes del gobierno”; nosotros, por el contrario, creemos que el único encuentro posible con el opresor PCC es para que entregue el poder usurpado, se arrepienta de sus crímenes, devuelva los bienes robados, compense a las víctimas en lo posible y se presente ante la justicia para recibir el castigo correspondiente. Decimos más, en nuestra opinión el PCC debe ser proscrito por ley de la misma forma que en las democracias se prohíben los partidos nazis y otros grupos que han cometido crímenes de lesa humanidad.

Los cubanos en general y las organizaciones opositoras en particular deben conocer exactamente la naturaleza del problema que enfrentan. Este problema comenzó cuando el PCC usurpó el poder y existirá hasta que no cese la violencia, la agresividad y la exclusión contenida en las leyes, políticas y procedimientos de ese grupo criminal. La causa del conflicto es el PCC y por lo tanto nunca será parte de la solución.

De la misma forma que (desde Cuba) un día de abril de 1995 advertimos a nuestros compatriotas sobre el peligro que representaba para el movimiento pro derechos humanos la oficial de la inteligencia Odilia Collazo y otros agentes infiltrados por el PCC, hoy los alertamos para que no cambien la puerta estrecha, el camino angosto de la desobediencia civil por la puerta ancha y el camino espacioso de propuestas erráticas que conducirán inevitablemente al reciclaje de los opresores comunistas, a la impunidad de sus crímenes y a la perdición del ideal libertario por el que se han sacrificado innumerables cubanos.

Miami, FL, EE.UU., 17 de febrero de 2009.

Desde el destierro suscriben esta proclama los siguientes activistas del Partido Pro Derechos Humanos de Cuba afiliado a la Fundación Andrei Sajarov:

Lázaro García Cernuda, ex presidente del PPDHC
Daula del Carmen Carpio Matas, ex presa política y ex vice presidente del PPDHC
Roxana Carpio Matas, ex presa política y ex delegada provincial del PPDHC en Villa Clara
Lázaro González Valdés, ex preso político y ex presidente del PPDHC
Juan Jesús Rodríguez, ex preso político y ex delegado municipal del PPDHC en Sandino
Reynaldo Méndez, ex delegado municipal del PPDHC en Santa Clara
Jesús David García, ex preso político y ex delegado municipal del PPDHC en San José de las Lajas
María Felicia Matas Machado, ex presa política y ex coordinadora provincial del PPDHC en Villa Clara
Armando Hernández Corrales, ex delegado municipal del PPDHC en Pinar del Rio
Uesiel Carpio, ex coordinador municipal del PPDHC en Santa Clara