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Doctora Hilda Molina califica de "calumnia" ataque de Fidel Castro

El Nuevo Herald. 19 de junio del 2008. La doctora Hilda Molina calificó el miércoles de "calumnioso exorcismo'' las recientes acusaciones lanzadas contra su conducta profesional por el ex gobernante Fidel Castro, y denunció que las autoridades cubanas se niegan a tramitarle un pasaporte para viajar a Argentina.

"Es absurdamente irracional'', declaró el miércoles Molina en conversación telefónica desde La Habana. "Me pregunto qué importante pueden ser una mujer de 65 años, sola y enferma, y su familia inerme, para que una persona tan poderosa tenga que dedicarnos tanto veneno desde su lecho de enfermo''.

En un libro que comenzó a circular esta semana en la isla, Castro asegura que el gobierno cubano no debe ceder ante el "chantaje'' en el caso de Molina, a quien se le impide salir temporalmente de Cuba para visitar a su familia en Argentina. Según la versión del gobernante retirado, la doctora intentó apropiarse del Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN) tras la desaparición de la Unión Soviética, motivo por el cual se le descubre y destituye como directora de esa institución médica.

"Me da mucha pena con el señor Fidel Castro'', manifestó Molina a El Nuevo Herald. "Yo siempre dije que a mí me pueden destruir, pero que sólo me iban a vencer el día que lograran contaminarme el alma con ese odio que todos ellos tienen y usan para dividir a los cubanos (...) Si este calumnioso exorcismo le ayuda a conseguir a Fidel Castro la paz que su alma requiere en este momento difícil de la vida, pues asumimos el sufrimiento en favor del beneficio de su ser con la esperanza de que pueda traer también la paz que necesita el pueblo cubano''.

La médica señaló que la semana pasada las autoridades migratorias (Ministerio del Interior) le informaron que su pasaporte no estaba listo y que se le avisaría por teléfono.

"La respuesta a esta demora está en lo que escribió Fidel Castro'', expresó. Esto va a influir definitivamente en la decisión de no permitirme la salida del país, algo sobre lo cual he sido siempre muy pesimista''.

Molina, que rompió con el régimen castrista en 1994, ha intentado desde entonces salir de Cuba para encontrarse con su hijo, el médico Roberto Quiñones, y conocer a sus nietos, pero las autoridades le han negado reiteradamente el permiso que necesitan los residentes en la isla para viajar al extranjero. Pero el pasado mayo reactivó las gestiones para obtener sus documentos de viaje tras la autorización del viaje a Buenos Aires de su madre, Hilda Morejón, de 89 años, gracias a una solicitud hecha a Raúl Castro por la presidenta argentina Cristina Fernández.

"Es significativo que estas acusaciones salgan a la luz después de la liberación de mi madre, una anciana indefensa, enferma y frágil'', se cuestionó Molina. "¿Será que al señor Fidel Castro le molestó la crítica sin palabras de mi madre, una anciana que el mundo entero vio salir en silla de ruedas de un avión tras ser retenida por los hombres poderosos de Cuba? ¿O es que mi familia tiene que seguir pagando un precio por la liberación de mi madre?"

En relación con su presunta intención de apropiarse del CIREN, Molina dijo que "los absurdos son difíciles de debatir''.

"¿Cómo puede alguien con un poco de sentido común pensar que puede apropiarse de algo en un sistema que se adueña hasta del pensamiento de los ciudadanos?", reflexionó. "Vivía inmersa en el trabajo día y noche, y si tengo un delito es haberme entregado incondicionalmente a ese proyecto''.

El CIREN surgió en 1984 como parte del Instituto de Neurología y Neurocirugía de Cuba, donde Molina era subdirectora. La entidad se especializó en estudios de restauración neurológica a partir de trasplantes de glándulas suprarrenales y de tejidos embrionarios que se obtenían de los abortos practicados legalmente en el país.

Castro acusa también a la neurocirujana de inventar su oposición al uso de células madres de origen humano en las prácticas de la institución.

Molina asevera que Castro está malinformado, porque ella nunca se distanció de los procedimientos científicos del CIREN.

"Nunca he dicho que yo me opuse al uso de células madres y es totalmente falso que el gobierno cubano obligara a hacer abortos en favor del CIREN, porque el tejido que se empleaba tenía que venir de abortos legales debidamente certificados'', explicó. "Nuestro trabajo estaba monitoreado por organismos médicos de prestigio mundial y Cuba era firmante de CAPIT [protocolo científico internacional]''.

Según ella, el gobierno cubano conoce los motivos reales que la llevaron a entregar sus cargos y condecoraciones, y convertirse en una opositora del sistema.

"Mi ruptura fue porque no entendí que los extranjeros tuvieran que tener mejor atención médica que los ciudadanos nacionales, y eso lo dije en su momento dentro del Partido [Comunista]'', manifestó. "Los que me dirigían me obligaron a atender más extranjeros en el CIREN y no acepté''.

Molina rechazó como una "difamación despiadada'' la referencia que Castro dedica al doctor Quiñones, nacionalizado argentino en 1996, acusándolo de violar "normas éticas que prohíben el desarrollo de relaciones sexuales con pacientes o acompañantes'' cuando trabajaba en el CIREN.

"Este gobierno se ha pasado casi 50 años inmiscuyéndose en la vida íntima y privada de sus ciudadanos'', comentó la doctora. "Mi hijo se enamoró de una muchacha argentina que no viajó a Cuba como paciente ni como acompañante, y a partir de entonces vino el suplicio de pedir todos los múltiples permisos para poder casarse''.

Quiñones se casó en Cuba con Verónica Scarpatti hace 15 años. El matrimonio tiene dos hijos.

"Es muy duro que un matrimonio católico intachable sea calificado de relación sexual inmoral (...) Creo que la doctora Mariela Castro [hija de Raúl Castro y directora del Centro Nacional de Educación Sexual] va a tener muchos obstáculos para hacer avanzar sus proyectos contra la discriminación en este país''.

Molina opinó que la mención de Castro al "chantaje imperialista contra Cuba'' en este caso no es más que un intento por volcar el sentimiento antiamericano contra su familia.

"Un ataque a la reunificación familiar va contra los más puros sentimientos del ser humano, contra los derechos maternales que no pueden confundirse con política e ideología, por eso pretende movilizarse el antiamericanismo como un recurso para restarle legitimidad al reclamo de una madre'', opinó.

Fuente: El Nuevo Herald.