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Asesinatos alertan sobre
contrabando de cubanos por Yucatán
Miami. Miami Herald. Lunes 27 de agosto del 2007. Luis Lara llegó a
Hialeah de Cuba hace cinco años y llevó una vida tranquila, hasta que se
fue el año pasado para la ciudad de Mérida, en la Península de Yucatán,
en México.
El cuerpo acribillado a tiros de Lara apareció hace cuatro semanas en un
lugar solitario a más de 15 millas de Cancún, el balneario turístico en
el que unos hombres armados lo secuestraron junto a su acaudalada novia
mexicana. El cadáver de ella apareció cuatro días después con los de dos
hombres mexicanos.
Los cuatro asesinatos, que se cree vinculados a redes de contrabando que
traen a un número cada vez mayor de cubanos a Yucatán, han sacudido a
este lugar tan popular entre quienes buscan arena, sol y distracción.
También ponen la atención sobre el creciente número de cubanos
indocumentados que las autoridades de Estados Unidos están detectando.
De continuar así, la cifra habrá crecido aproximadamente 14 por ciento
desde que Fidel Castro le entregó el poder a su hermano Raúl.
Miembros de los cuerpos de inteligencia de Estados Unidos afirman que
ese aumento les hace pensar en la posibilidad de otro éxodo masivo, pero
añaden que es demasiado pronto para especular cuál es la causa.
Los cuatro secuestros y asesinatos no han alterado el ritmo y fiestas
del área de lujosos hoteles turísticos de Cancún. Los funcionarios
mexicanos insisten en que se trata solamente de casos aislados que no
ponen en peligro la seguridad de los turistas extranjeros.
''Los turistas están seguros'', declaró María Antonieta Salmerón,
portavoz de la oficina del procurador estatal en Cancún. "Estos
episodios probablemente sean resultado de un ajuste de cuentas entre
elementos criminales''.
Pero cubanos que han residido por largo tiempo en la zona confiesan sus
temores y no quieren hablar con los periodistas, debido a lo mucho que
está juego en el contrabando que termina en Yucatán.
La ruta, que evade a las patrullas del Servicio Guardacostas de EEUU en
el Estrecho de la Florida, comienza en partes del extremo occidental de
Cuba como la provincia de Pinar del Río y la Isla de la Juventud, cruza
el Canal de Yucatán, de 135 millas de ancho, y termina en los puertos
mexicanos de Isla Mujeres, Cancún y Cozumel.
Este mes, un informe de Cuba indicó que los guardias fronterizos iban a
cerrar algunas playas de la Isla de la Juventud, aparentemente en un
esfuerzo por detener la llegada de contrabandistas. El informe añadió
que los guardias andaban en busca de un bote muy rápido, con cuatro
motores fuera de borda, conocido como "Reina del Caribe''.
El año pasado, los guardafronteras cubanos mataron a tiros a un
contrabandista y capturaron a otro que, según reportaron medios de
noticias de La Habana, confesó ayudaba a una red de contrabandistas
humanos basada en México, que le cobró $20,000 por sacar de Cuba a su
esposa y su hijo.
El jefe de la oficina regional del Instituto de Inmigración de México en
Cancún, Eusebio Romero Pérez, declaró a The Miami Herald que el flujo de
cubanos indocumentados que llegan a México está aumentando claramente:
413 en los primeros siete meses de este año, comparado con 339 en el
mismo período el año pasado.
''A nuestro servicio le preocupa cómo lidiar con este fenómeno'', afirmó
Romero y añadió que su agencia le ha pedido a la marina que aumente las
patrullas.
Romero señaló que las autoridades mexicanas frecuentemente devuelven a
la isla comunista a los cubanos interceptados en el mar. Pero si llegan
a tierra y los atrapan, los sueltan una vez que pagan una multa de
10,000 pesos (unos $920) y esencialmente les dan 30 días para salir del
país.
Hay docenas de detenidos que no han pagado la multa en instalaciones de
Cancún, Ciudad México y Tapachula, en la frontera sur de México con
Guatemala. Las autoridades no le permitieron a The Miami Herald
entrevistarlos.
Ramón Saúl Sánchez, líder del Movimiento Democracia, en Miami, declaró
que está recibiendo cada vez más llamadas de familiares de cubanos
indocumentados desesperados por saber si éstos han ido a parar a México.
''Hay un éxodo silencioso de Cuba hacia cualquier país cercano'',
comentó Sánchez. "La gente ha perdido la esperanza, incluso si ya Fidel
Castro se está apartando del poder''.
Funcionarios mexicanos familiarizados con el tema aseguraron que los
contrabandista están cobrando hasta $10,000 por cubano por un servicio
completo: el viaje en bote de Cuba a Yucatán y después el tránsito por
tierra hasta la frontera de EEUU.
Cómo encaja el asesinato de Lara, de 30 años, en el rentable pero
peligroso negocio, es algo que se está investigando en México.
Según periódicos mexicanos, Lara les dijo a varios amigos que había
huido de Cuba a través de Yucatán, y que luego se las arregló para
llegar al sur de la Florida. Sin embargo, una mujer que se identificó
como la madre de la esposa de Lara, Alely Acosta, de 31 años, afirmó que
la pareja llegó legalmente a Miami en el 2002.
Ambos tiene dos hijos pequeños, pero no se sabe si nacieron en Cuba o en
el sur de la Florida. La mujer que afirmó ser la madre de Acosta subrayó
que su hija era la ''ex esposa'' de Lara, pero no quiso hacer más
comentarios.
La prensa y televisión mexicanas indicaron que Acosta voló a Cancún poco
después de que Lara fue secuestrado para recoger a los niños, que se
habían quedado con él, y posteriormente regresó a Miami con ellos.
Lara estaba siendo investigado por la Oficina de Control de Bienes
Extranjeros, perteneciente al Departamento del Tesoro, que se encarga de
aplicar las sanciones económicas contra Cuba, señaló un funcionario del
gobierno federal que no quiso ser identificado, ya que no está
autorizado a comentar sobre el caso.
Molly Millerwise, portavoz del Departamento del Tesoro, no quiso hablar
sobre lo ocurrido.
A finales del 2006, Lara dejó el sur de la Florida por razones
desconocidas y se dirigió a Mérida, la ciudad más grande de la Península
de Yucatán, donde conoció a María Elena Carrillo Sáenz, miembro de una
conocida familia de la zona. La familia es propietaria del lujoso hotel
El Conquistador, que se encuentra en el elegante Paseo de Montejo, uno
de los principales lugares de la ciudad.
Los dos empezaron a noviar y poco después comenzaron a vivir juntos. El
periódico de Mérida, Diario de Yucatán, informó que uno de los
familiares de Carrillo había expresado que a la familia no le gustaba
Lara, aunque no ofreció más detalles.
El mes pasado, Lara y Carrillo viajaron a Cancún para pasar unos días de
vacaciones, y se alojaron en un hotel de precios moderados, indicó la
policía de Cancún a la prensa mexicana. En la tarde del 19 o el 20 de
julio, según la policía, salieron del hotel para ir a un supermercado
cercano y dejaron a los niños de Lara con una sirvienta. Cuando la
pareja no regresó, la mujer decidió llamar a las autoridades.
El cadáver de Lara fue encontrado el 30 de julio en una carretera de las
afueras de Mérida. El cuerpo de Carrillo fue hallado cerca el 3 de
agosto, junto a los cadáveres de dos mexicanos, Edwin Park y Jesús
Aguilar. La policía de Cancún aseguró a los reporteros mexicanos que los
dos hombres tenían relaciones con contrabandistas de indocumentados,
pero no quiso ofrecer más información.
Aunque las autoridades mexicanas continúan investigando las cuatro
muertes, la ruta de contrabando de ilegales que Lara fue acusado de
promover aún ocupa los principales titulares de los periódicos.
Periódico Quequi Quintana Roo, un tabloide de Cancún, publicó este mes
en la portada la ruta de contrabando entre Cuba y Cancún bajo el título
Una vía libre para balseros.
El cadáver de Lara sigue sin ser reclamado en la morgue de Cancún.
Fuente: El Nuevo Herald
Agosto 27, 2007 |
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