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Castro aparece en fotos y Raúl
recibe a Chávez
Miami, 14 de agosto, 2006. Tras casi dos
semanas de interrogantes, los hermanos Fidel y Raúl Castro reaparecieron,
por separado y en lugares diferentes, el día del 80 aniversario del
gobernante cubano.
Al mismo tiempo, un importante general cubano, Ulises Rosales del Toro,
aseguró públicamente que ''hoy Raúl está al frente del país''.
Al amanecer de ayer, los cubanos recibieron una sorpresa: una tirada del
diario Juventud Rebelde que desplegó cuatro fotografías de Fidel Castro
al parecer tomadas el día anterior, pues en una de ellas tiene en la
mano un suplemento del diario oficial Granma que circuló el sábado.
En una fotografía, Castro está sentado en un sillón delante de una cama,
en lo que parece ser una habitación de convalecencia. En otras dos se le
ve hablando por teléfono; en la cuarta mira fijamente a la cámara y
apoya el mentón en el puño derecho.
Un mensaje de Castro en el cual da a entender que su salud pudiera
empeorar acompañó las fotografías.
''Les sugiero a todos ser optimistas, y a la vez estar siempre listos
para enfrentar cualquier noticia adversa'', sostiene el ex gobernante en
el mensaje dirigido a ''queridos compatriotas y amigos de Cuba y del
resto del mundo''.
En la nota, el líder cubano, quien se recupera de una delicada operación
intestinal según información oficial de la isla, afirma también que su
''estabilidad objetiva'' ha mejorado ''considerablemente'', pero
igualmente advierte que ''afirmar que el período de recuperación durará
poco y que no existe ya riesgo alguno, sería absolutamente incorrecto''.
''A todos los que desearon mi salud les prometo que lucharé por ella'',
dice el mensaje. Además, manifiesta que se sentía ''muy feliz'' y
deseaba ''eterna gloria'' a sus compañeros de lucha, ''por resistir y
vencer al imperio, demostrando que un mundo mejor es posible''.
Esta expresión llamó poderosamente la atención de observadores, por su
sabor a despedida y porque contrastó con las expresiones de optimismo
que ministros, embajadores y políticos extranjeros amigos de Castro han
desplegado en las dos últimas semanas.
Pero cuando los cubanos aún no se habían repuesto de la sorpresa de las
fotos y el mensaje, en la televisión apareció el ministro de Defensa,
Raúl Castro --quien no había sido visto en público desde que su hermano
le traspasó el control del país el 31 de julio-- recibiendo en el
aeropuerto al presidente venezolano, Hugo Chávez, con un ''fuerte''
abrazo.
Esto es un indicio que ''él está claramente'' en funciones de jefe de
Estado ''al recibir a un mandatario extranjero'', acotó el director del
Centro de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos, Jaime Suchlicki.
Chávez viajó a La Habana en lo que la televisión local calificó de ''inolvidable
y solidario gesto'', pero al igual que Raúl Castro tampoco hizo
declaraciones a los medios locales.
En esta reaparición pública, Raúl Castro estuvo acompañado por el
vicepresidente Carlos Lage, uno de los seis hombres que conforma el ''gabinete
de crisis'' que Fidel Castro nombró el 31 de julio para regir los
destinos del país.
Pese a que Fidel Castro había pedido que se suspendieran los festejos
organizados para celebrar su cumpleaños, más de 100,000 trabajadores del
sector azucarero, informaron autoridades locales, participaron ayer en
una jornada de trabajo voluntario en los campos de caña, el antiguo
motor económico de la isla.
Fue precisamente en uno de los centrales azucareros de Artemisa, en las
afueras de La Habana, que el ministro del Azúcar, el general Ulises
Rosales del Toro, afirmó que ''hoy el que dirige el país es Raúl''.
Según el militar, ''después de Fidel, Raúl es el hombre que tiene todas
las condiciones para dirigir los destinos de esta patria al lado de
Fidel y cuando él [Fidel] no esté, al frente del partido''.
Toda esta vorágine de acontecimientos suscitó variadas reacciones.
Según el ex director para Latinoamérica de la Agencia Central de
Inteligencia, (CIA), Brian Latell, el gobierno cubano está preparando a
sus ciudadanos para la desaparición del líder.
''No sé si va a ser temprano o tarde, pero creo que están preparando al
pueblo cubano para su desaparición, que puede ser inminente o no, pero
definitivamente están preparando a la gente para cuando muera'', dijo
Latell.
Las aseveraciones de Rosales del Toro fueron vistas por el analista como
un indicio de que ''[el general] posiblemente será el próximo ministro
de Defensa u ocupará otra importante posición civil''.
Para el vicepresidente del centro de análisis Lexington Institute, Phil
Peters, ''lo interesante de la declaración de Castro fue su sobriedad'',
donde ''no intenta mejorar su condición, sino que le preocupa mucho que
la gente se sienta optimista sobre su enfermedad''.
''Mucha gente anda buscando señales de que el gobierno cubano está
engañando al mundo, pero es difícil decir esto cuando las declaraciones
del mismo Castro son bastante pesimistas'', acotó el analista.
En relación con las expresiones de Rosales del Toro, Peters sostuvo que
se enmarcan en una serie de pronunciamientos que comenzaron la semana
pasada como, ''por ejemplo el de [presidente del Parlamento, Ricardo]
Alarcón que sugirió que Fidel debe detener su ritmo de trabajo''.
''Son declaraciones serias, que dan la idea de que si Castro regresa al
trabajo tendrá que trabajar menos y otros deberán ocuparse de algunas de
sus responsabilidades'', añadió.
Fuente: El Nuevo Herald
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