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Posted on Sat, Dec.
06, 2003
Proponen gravar a firmas que cabildean
por Cuba.
Wilfredo Cancio Isla
El Nuevo Herald
En una iniciativa para neutralizar los posibles dividendos políticos de
los negocios de Cuba en Estados Unidos, dos congresistas presentaron
ayer un proyecto legislativo que impondría un impuesto del 100 por
ciento sobre las ventas realizadas por compañías norteamericanas a
cambio de gestionar el levantamiento del embargo a la isla.
La legislación es promovida por los representantes demócratas Peter
Deutsch (Florida) y Robert Menéndez (Nueva Jersey), quienes pretenden
llevarla a discusión plenaria durante el próximo período congresional, a
partir del 20 de enero.
''Es repugnante que los esfuerzos humanitarios de Estados Unidos sean
manipulados por la dictadura castrista para hacer política contra
nuestro país'', dijo ayer Menéndez durante una rueda de prensa en Miami.
El legislador cubanoamericano --líder de la minoría demócrata en la
Cámara de Representantes-- explicó que el proyecto es una respuesta a
recientes evidencias de que los acuerdos comerciales entre Cuba y firmas
estadounidenses representan un quid pro quo de compras a cambio de
presiones políticas en el Congreso.
''Este tipo de transacción no debe ocurrir, porque de hecho las
compañías estadounidenses terminarán actuando como agentes extranjeros'',
declaró Deutsch. `` Y no es un buen negocio cabildear en el Congreso a
favor de una dictadura''.
El proyecto legislativo tiene como argumento básico la existencia de un
''Memorando de entendimiento'', suscrito en las últimas semanas por
Alimport con al menos dos compañías estadounidenses: el Buró de
Agricultura de Indiana (IFB) y el puerto de Manatee, Florida.
Según un documento firmado el pasado 8 de octubre en La Habana, ``en
respuesta a la iniciativa del Buró de Agricultura de Indiana (IFB) de
explorar los negocios en el mercado cubano y su compromiso expresado de
liberalizar el comercio y los viajes a Cuba, Alimport ha acordado
comprar hasta $15 millones en bienes agrícolas a los negociantes
radicados en Indiana''.
''El IFB expresó su compromiso de presionar en el Congreso para abordar
el problema de Cuba y derrotar las restricciones existentes para el
comercio y los viajes con la isla'', añade el memorando.
Kent Yeager, director de asuntos gubernamentales en el IFB, dijo ayer
que su entidad continuará oponiéndose al embargo y criticó la propuesta
impositiva de la legislación.
''Es realmente ridículo'', comentó el funcionario.
Una cláusula similar fue incluida en el acuerdo firmado en noviembre por
Alimport y las autoridades del puerto de Manatee.
Menéndez relató que también en fecha reciente dos legisladores de
estados sureños --cuyos nombres no reveló-- se le acercaron muy
preocupados porque compañías de sus distritos han suscrito acuerdos
similares con Cuba y les están exigiendo insistentemente un voto contra
el embargo.
''El patriotismo tiene que estar por encima del dinero'', aseveró
Menéndez. ``Creo que incluso los colegas que no coinciden con nuestras
estrategias políticas, estarán de acuerdo en que estos compromisos son
inaceptables''.
El congresista dijo que el proyecto de ley comprenderá diferentes
opciones para impedir que las compañías norteamericanas respondan a los
intereses políticos de Cuba.
El Congreso autorizó las ventas de alimentos y medicinas a Cuba en el
2000. Desde diciembre del 2001 a la fecha, el monto de las transacciones
alcanza los $304.5 millones.
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