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Gran Bretaña rescata Batiscafo militar Ruso.

La ayuda de Gran Bretaña, cuyos especialistas pertrechados con un vehículo robótico sumergible Scorpio fueron los primeros extranjeros en llegar a la zona del rescate, fue decisiva.


Moscú, 7 de agosto de 2005. La odisea submarina de los siete tripulantes del batiscafo militar ruso AS-28 en aguas del Pacífico concluyó hoy felizmente con una espectacular operación de rescate cuando faltaban apenas horas para que se agotasen las reservas de aire de a bordo.

"Minutos como éstos hacen que valga la pena vivir", dijo con voz entrecortada por la emoción el comandante en jefe de la Flota rusa del Pacífico, almirante Víctor Fiódorov, tras anunciar que la tripulación del AS-28 se hallaba a salvo y en la superficie.

Según los cálculos de los especialistas de la Armada rusa, en el AS-28 quedaba aire, en el mejor de los casos, para menos de 24 horas. El batiscafo, que se hallaba atrapado desde el pasado jueves a 190 metros de profundidad por una maraña de cables y redes, emergió junto a uno de los buques de rescate a las 03.25 GMT, después que un aparato robótico submarino "Scorpio" guiado por especialistas británicos lo liberara de esa trampa.

La tripulación del AS-28, integrada por el capitán de navío Valeri Lepetuja, el teniente capitán Viacheslav Milashevski, el teniente primero Alexandr Ivanov, los contramaestres Serguei Beloziorov, Anatoli Popov, y Alexandr Uibin, y Guennadi Bolonin, jefe adjunto de la oficina de diseño "Lazurit", que proyectó el batiscafo, salió por su propio pie del sumergible.

"Son unos valientes. Aguantaron bajo el agua más de 76 horas. Ellos mismos regulaban la composición del aire para que les durara más",dijo el almirante Fiódorov en declaraciones en directo al Canal 1 de la televisión rusa.

El comandante en jefe de la Flota rusa del Pacífico dio por terminada la operación de rescate y agradeció a todos los que participaron en ella, incluidos a los extranjeros, con una mención especial para los socorristas británicos.

La ayuda de Gran Bretaña, cuyos especialistas pertrechados con un vehículo robótico sumergible Scorpio fueron los primeros extranjeros en llegar a la zona del rescate, fue decisiva.

Ya veinte minutos después de sumergirse, el Scorpio localizó el batiscafo y unos minutos después comenzó a cortar el principal cable de acero que lo tenía amarrado al fondo.

Luego le siguieron dos mangueras y un cable más, pero el sumergible seguía sin desprenderse del fondo, enganchado por restos de redes pesqueras.

Una leve avería del robot submarino aplazó la inmersión y obligó a sus operarios a subirlo a la superficie para repararlo.

Poco después, el aparato volvió a sumergirse para retirar los trozos de red detectados en la proa del batiscafo.

Finalmente, cuando fueron retirados los últimos obstáculos, el batiscafo empezó el ascenso y minutos después apareció en la superficie entre más de una decena de buques concentrados en la bahía Beriózovaya, a unos 75 kilómetros a sur del puerto Petropávlovsk de Kamchatka, en el extremo oriente del país.

El ex comandante en jefe de la Flota rusa del mar del Norte Viacheslav Popov dijo que gracias a la ayuda británica "Rusia consiguió evitar una nueva tragedia", en alusión al desastre de submarino nuclear "Kursk" que causó la muerte a sus 118 tripulantes y cuyo quinto aniversario se recuerda el próximo día 12.

"Han pasado cinco años desde la tragedia del 'Kursk' y todavía no tenemos fuerzas para sacar un batiscafo atrapado a tan sólo 190 metros de profundidad", se lamentó Popov, quien dirigió la fallida operación de rescate del submarino nuclear, que naufragó en el mar de Barents tras un explosión en su cámara de torpedos.

Además del AS-28, la Armada rusa tiene otros tres batiscafos de ese tipo, conocido como "Priz" y diseñado para el rescate de las tripulaciones de submarinos.

El aparato tiene 13 metros de largo y 5,7 metros de alto y está dotado de un muelle que le permite acoplarse con la escotilla de los submarinos en las profundidades marinas y evacuar "en seco" hasta veinte personas en cada viaje.

En los trabajos de rescate del "Kursk" se intentó utilizar este tipo de batiscafo, pero la deformación de la escotilla de evacuación del submarino nuclear impidió el acoplamiento.

El AS-28 entró en servicio en 1989, tiene una autonomía de navegación de 21 millas náuticas (poco más de 38 kilómetros), puede sumergirse hasta 1.000 metros de profundidad y mantenerse en estado de inmersión hasta 120 horas.


Fuente: EFE / Noticuba Internacional