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Fallece en Miami Rafael Díaz-Balart
Por Rui Ferreira
Miami, Fla. Viernes, 6 de Mayo, 2005. El abogado Rafael Díaz-Balart,
senador y subsecretario de Gobernación de la Cuba Republicana, padre de
dos representantes federales estadounidenses, falleció el viernes en
Miami a causa de leucemia, tras una fructífera y ejemplar carrera
política y literaria que marcó una época en la historia de su país.
Tenía 79 años.
Político audaz, imaginativo, polémico y dueño de un profundo
conocimiento y amor de la realidad histórica de su tierra natal, Díaz-Balart
fue en 1958 el más joven senador electo en Cuba, tras un paso de cuatro
años por la Cámara de Representantes, donde sirvió como líder de la
mayoría y se destacó por su brillante oratoria.
Fue allí, en un formidable gesto de anticipación política y en una fecha
tan temprana como 1955, que Díaz-Balart alertó para las consecuencias de
los actos del actual gobernante cubano.
''Fidel Castro y su grupo solamente quieren una cosa: el poder, pero el
poder total, que les permita destruir definitivamente todo vestigio de
Constitución y de ley en Cuba, para instaurar la más cruel, la más
bárbara tiranía, una tiranía que enseñará al pueblo el verdadero
significado de lo que es la tiranía, un régimen totalitario,
inescrupuloso, ladrón y asesino que sería muy difícil de derrocar por lo
menos en veinte años'', dijo.
Después de todo sabía de lo que hablaba. Castro era su cuñado, en los
tiempos de juventud fueron amigos íntimos pero terminaron distanciándose
cuando tomaron rumbos políticos diametralmente opuestos.
Díaz-Balart nació en 1926 en el seno de una familia de gran inquietud
política y cultural, en la ciudad de Banes, en la antigua provincia de
Oriente, donde pasó su infancia y adolescencia, hasta que fue enviado a
Estados Unidos donde estudió teología y filosofía, en Princeton, New
Jersey.
De regreso a Cuba, Díaz-Balart ingresa a la Universidad de La Habana,
donde estudia derecho y más tarde se traslada a la Universidad del Norte
de Oriente, donde se gradúa como abogado a mediados de los 40, tras lo
cual se traslada a La Habana, funda un bufete, ingresa en la política y
se transforma en un personaje popular en los ambientes universitarios y
políticos en un momento de gran ebullición.
Profundamente cristiano y anticomunista, Díaz-Balart se transforma en el
líder de la juventud del Partido de Acción Unitaria, uno de los apoyos
políticos del general Fulgencio Batista. Y siguiendo los pasos de su
padre, fue electo a la Cámara de Representantes, de la cual llegó a ser
líder de la mayoría.
El triunfo de Fidel Castro lo sorprende en el Senado, pero ya nombrado
ministro de Educación por el Presidente electo de Cuba, Andrés Rivero
Agüero, y es obligado a salir al exilio, donde desarrolló una profunda
labor patriótica.
Uno de sus grandes logros fue la fundación en enero de 1959 en Nueva
York de la organización 'La Rosa Blanca', un simbólico homenaje al
Apóstol José Martí pero al mismo tiempo un firme mecanismo anticastrista
que en las dos décadas siguientes iría a marcar el enfrentamiento al
gobierno de La Habana, el cual siempre lo denunció como uno de sus más
marcantes adversarios.
En los últimos años se destacó por una defensa apasionada de la
oposición dentro de la isla. A raíz de la publicación del manifiesto 'La
Patria es de Todos' Díaz-Balart contestó con un inspirado y solidario
ensayo donde estableció que ''una infraestructura espiritual de amor es
el supremo logro que debemos obtener'' y 'ello implica la defensa de
nuestras raíces étnicas, culturales, filosóficas y religiosas. Una sola
raza, la `raza cubana' debe reinar con el respeto que ella merece''.
Durante 14 años fue miembro del cuerpo diplomático de Costa Rica, a
quien sirvió en misiones en Venezuela, Paraguay y Brasil. Además,
ejerció como asesor jurídico internacional, fue empresario en España, y
comentarista radial en medios de comunicación del sur de la Florida.
Para sus hijos Rafael Díaz-Balart fue, sencillamente, ''todo''.
''Fue mi maestro constante y mi mejor amigo, me enseñó como vivir y
ahora me ha enseñado como morir. Voy a extrañar su sabiduría, sus
consejos y su ternura. Y también su supremo amor por Cuba, porque su
sabia forma de unir a cubanos de múltiples pensamientos y orígenes va a
hacer mucha falta en la República que se acerca'', dijo el congresista
Lincoln Díaz-Balart.
Según el periodista José Díaz-Balart, su padre fue también un hombre
dotado de un exquisito sentido del humor. ''Cuidado con el que hiciera
algún chiste clasista delante de él. Siempre fue un hombre honrado de
sus raíces campesinas'', que ''pese a su profundado sentido del humor
nunca permitió que en su presencia fuera usado para menospreciar o
diferenciar a nadie''. Y, emocionado, añadió: ''Para mi lo fue todo, fue
mi brujúla''.
Lo mismo sostiene su hermano, el también congresista federal Mario Díaz-Balart.
''Sobretodo, guía, líder, inspiración, que hasta el último minuto nos
estuvo enseñando como vivir, con su amor, devoción a la palabra y el
honor'', dijo Mario, a quien le marcó el espíritu de generosidad y
devoción de su padre hacia la isla que lo vio nacer.
''¿Sabes una cosa? Mi padre nunca se fue de Cuba'', añadió.
A Rafael Díaz-Balart le sobreviven su viuda Mercedes Romay Díaz-Balart,
su hermana Mirta, sus hermanos Frank y Waldo, sus hijos Rafael Jr.,
Lincoln, Mario y José, así como 10 nietos.
Fuente: El Nuevo Herald
Para ver el famoso y previsor discurso del Sr. Díaz Balart
oponiendose a la amnistía del 1955 a Castro y grupo:
Discurso de Díaz-Balart en el Senado de
Cuba 1955.
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