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EEUU niega la visa a disidente
cubano.
Por Wilfredo Cancio Isla
Para el disidente cubano Osvaldo Alfonso, la pancarta lumínica situada
en la sede diplomática estadounidense de La Habana en solidaridad con el
llamado Grupo de los 75 está de espaldas a su caso. Quizá debió aparecer
con el número 74.
Alfonso, de 39 años, había recibido visa como refugiado político y
planeaba emigrar a EEUU con su familia, pero las circunstancias han
cambiado radicalmente.
Según él, la Sección de Intereses de EEUU (USIS) le retiró el visado y
le comunicó que no es bienvenido en el lugar ni siquiera como
acompañante de su hijo en una fiesta infantil.
''Es molesto y decepcionante'', afirmó ayer Alfonso desde La Habana. ``Esto
implica una separación familiar por tiempo indefinido, pues no sé cuándo
volveré a ver a mi hijo Cristian''.
La ex esposa de Alfonso, la periodista independiente Claudia Márquez, de
26 años, y el hijo de ambos, Cristian, de 8, han recibido visas y sólo
esperan por la fecha de vuelo para emigrar a EEUU.
El disidente, que calificó la negativa de ''represalia injusta e
inexplicable'', está valorando ahora la posibilidad de emigrar a Suecia.
''Sigo y seguiré considerándome un miembro de la disidencia liberal
cubana, aquí o en el extranjero'', apuntó. ``Mis ideas no han cambiado
en la cárcel''.
La USIS declinó referirse al caso aludiendo a su tradicional política de
privacidad.
''No podemos mencionar ninguna acción posible sobre una solicitud de
visados'', dijo Collette M. Christian, de la oficina de Relaciones
Públicas de la USIS.
Alfonso --sancionado a 18 años-- fue liberado el pasado noviembre por
motivos de salud. Durante su cautiverio de 20 meses presentó serios
trastornos nerviosos que lo condujeron a un intento de suicidio.
Su caso recibió particular atención durante los juicios sumarios de
abril del 2003, tras la ola represiva gubernamental contra el movimiento
disidente.
Alfonso declaró entonces ante el tribunal haber sido manipulado en sus
actividades opositoras desde la USIS. Imágenes de su juicio fueron
difundidas por la televisión oficial y utilizadas por el canciller
Felipe Pérez Roque como ''prueba de la intromisión norteamericana en los
asuntos internos''.
''No quiero hablar de eso, pero había que estar allí para saber a las
presiones que estuve sometido'', recordó. ''Fue difícil, pero yo nunca
renegué de mi condición de disidente''.
El activista de derechos humanos Elizardo Sánchez Santacruz dijo ayer
que el caso de Alfonso merecería al menos ''una valoración menos
superficial''.
Alfonso, quien presidía el ilegal Partido Liberal Cubano e integraba la
coalición Todos Unidos, era considerado una de las voces más prominentes
de la oposición pacífica en la isla.
Fue adoptado como prisionero de conciencia por Amnistía Internacional.
''No veo una coherencia en términos de solidaridad política por parte de
los funcionarios norteamericanos'', comentó Sánchez. ''Hay una atmósfera
macartista gravitando sobre algunos casos''.
El pasado julio, la USIS retiró abruptamente el visado al ex prisionero
político Bernardo Arévalo Padrón luego de haberlo acogido bajo el
programa de refugiados.
Fuente:
El Nuevo Herald
Diciembre 21, 2004
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