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Artículos
Adiós, caballero del ritmo
Por Wilfredo Cancio Isla
El artista que renovó la música cubana del siglo XX pulsando las cuerdas
de un contrabajo por más de 80 años, murió el sábado en Miami tras tejer
una leyenda como artífice del mambo, compositor de 3,000 danzones y
caballero indiscutible del ritmo.
Israel López, internacionalmente conocido como "Cachao'', falleció a las
8 a.m. del sábado en el Hospital de Coral Gables como resultado de
complicaciones renales. Había ingresado diez días atrás y su situación
se mantenía estable, según testimonios familiares. Tenía 89 años.
Con la muerte de Cachao desaparece un mito de la música popular
contemporánea y un testigo imprescindible de la "época dorada'' de las
descargas y las grandes orquestas que hicieron vibrar La Habana de los
años 50.
La noticia impactó desde las primeras horas a colegas y amigos, que
reconocían en Cachao no sólo al músico genial, sino también al hombre
amable y risueño para quien la cordialidad fue un principio de vida.
"Cachao era una persona especial'', recordó ayer su sobrino, Daniel
Palacio. "Era un hombre que entregaba amor en cada uno de sus actos:
jamás lo vi hablar mal de nadie, ni tampoco sé de alguien que haya
hablado mal de él''.
Para el empresario musical Emilio Estefan, quien colaboró en numerosos
proyectos del célebre bajista, Cachao fue "un gran maestro en la música,
pero tambien en la vida por su bondad y decencia''.
"Trabaje con él muchos años y representó un tremendo talento para mi
sello discográfico [Crescent Moon Records]'', manifestó Estefan. "Ha
muerto un gran señor y una parte del pentragrama cubano de todos los
tiempos''.
Nacido el 14 de septiembre de 1918 en La Habana, en la misma casa de la
calle Paula donde 65 años antes viera la luz el prócer independentista
José Martí, Cachao fue el más joven de tres hermanos en una familia de
larga tradición musical.
Con apenas ocho años, ingresó como bongosero en un sexteto infantil que
tenía entre sus miembros a una gloria futura: el cantante Roberto Faz,
quien sería una conocida figura del Conjunto Casino en la década de los
50. Pero Cachao cambió pronto a la trompeta, haciendo imitaciones de los
llamados que hacían en el cuartel de la policía más cercano, y luego al
contrabajo, instrumento que comenzó a estudiar en 1927.
Bajo la inspiración de su hermano Orestes López, Cachao y el contrabajo
comenzaron desde entonces a forjar una entrañable simbiosis que
distinguiría la trayectoria del artista. "Mi verdadero idioma es el
contrabajo'', llegó a afirmar en 1994.
"No ha habido otro contrabajista en la música cubana con la presencia de
Cachao'', opinó el saxofonista Paquito D' Rivera, quien ayer ajustaba su
pieza sinfónica Conversaciones con Cachao (2007) cuando recibió la
noticia del deceso. "Su forma característica, clásica, casi exótica de
tocar el contrabajo, fue lo le ganó un lugar en la música popular cubana
y fascinó a los jazzistas latinos''.
Con el contrabajo encontró su primer trabajo fijo, acompañando las
películas silentes en el habanero teatro Carral, donde también solía
presentarse el pianista Ignacio Villa, Bola de Nieve.
Pero su padre estaba interesado en proporcionarle una formación musical
clásica, y con sólo 13 años lo incorporó a la Orquesta Filarmónica de La
Habana, una institución que le permitió foguearse bajo la batura de
directores como Eric Kleiber y Herbert von Karajan, conocer el
temperamento moderno de Alejandro García Caturla y Amadeo Roldán, y
acompañar a cantantes operáticos de la talla de Renata Tebaldi.
Aún sin cumplir los 20 años, Cachao --en companía a su hermano-- se
convirtió en fundador de la charanga Arcaño y sus Maravillas, que se
preciaba de tener "un maestro en cada instrumento y en conjunto una
maravilla''.
Fue una etapa de furor creativo que marcaría su entrada en el firmamento
musical de la isla.
Ambos hermanos logran imponer un "nuevo ritmo'', creando a razón de 25
danzones por semana. Se trataba de una modernización del danzón sin
lesionarlo en sus esencias interpretativas, a partir de una
improvisación más movida.
En 1935, Cachao y Orestes crearon una pieza titulada Mambo, un danzón
moderno que abriría un polémico capítulo en la crónica musical del siglo.
Si Mambo fue el germen del dinámico ritmo que universalizaría Dámaso
Pérez Prado con su orquesta, Se va el matancero, creado por Cachao de
1949, lo consagraría definitivamente en la modernidad.
Pero Cachao siempre reconoció a Pérez Prado como el hombre que
popularizó el mambo.
"Fue Pérez Prado quien lo universalizó y lo hizo famoso, esa es la
verdad'', comentaría el famoso bajista años después. "Si no hubiera sido
por él, el mambo no se hubiera conocido en el mundo entero''.
En 1954 se presentó con Fajardo y sus Estrellas en el Palladium de Nueva
York y tres años después grabó con la firma Panart su primer disco, una
joya de colección: Cuban Jam Sessions in Miniature/From Havana to New
York, una reunión de celebridades que se juntaron para inaugurar la
descarga como vía de inspiración y rescate de los ritmos afrocubanos
tradicionales.
Fueron esas "descargas'' grabadas en plena madrugada --luego de que los
intérpretes cumplieran sus compromisos en orquestas y clubes nocturnos--
las que aproximaron las sonoridades del son al jazz y desbrozaron el
camino para futuros experimentos de fusión en la música cubana.
El triunfo de la revolución de Fidel Castro lo sorprende en la plenitud
de su carrera como compositor e instrumentista, pero Cachao decide
marchar al exilio en 1962. Como sus amigos Bebo Valdés, Rolando Laserie
y Carlos "Patato'' Valdés, nunca más retornaría a la isla.
El régimen castrista eliminó su nombre de los catálogos discográficos y
dio crédito sólo a su hermano Orestes por los danzones que habían creado
entre ambos.
"No creo que existan muchos hermanos que se hayan llevado mejor que
Orestes y yo'', confesaba Cachao, que consideraba "una tragedia'' el
distanciamiento familiar. Orestes falleció en La Habana en 1991.
En el exilio, Cachao tuvo una breve estancia en España antes de venir a
Estados Unidos, donde trabajó en Nueva York y Las Vegas antes de
radicarse en Miami.
Su energía y laboriosidad no parecían tener límites. En los años 80
alternaba sus conciertos con presentaciones en clubes nocturnos, bodas y
fiestas de quinceañeras.
Obtuvo un doctorado honorario en Berkeley y su nombre fue fijado en una
estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
En medio del resurgimiento de la música latina en Estados Unidos, Cachao
disfrutó de un segundo aire para su carrera gracias al apoyo del afamado
actor cubanoamericano Andy García.
En 1989 García estaba filmando El Padrino III. en la ciudad de San
Francisco, cuando conoció allí a Cachao durante un concierto y quedó
fascinado por su música. De ese encuentro surgió la idea de filmar el
documental Cachao... como su ritmo no hay dos (1994), que sirvió para
revitalizar su imagen artística y catapultarlo nuevamente a los primeros
planos.
En años recientes obtuvo dos premios Grammy por los discos Master
Sessions Volume 1, en 1995, y ¡Ahora Sí!, en el 2005. En el 2003, ganó
un Grammy Latino por el El arte del sabor, una descarga con sus amigos
Bebo Valdés y "Patato'' Valdés.
El pasado año llegó en silla de ruedas y ayudándose de su bastón hasta
la Casa Blanca para hacer una descarga de mambo en el Jardín de las
Rosas, en presencia del presidente George W. Bush, durante el Mes de la
Herencia Hispana. En 1948 lo había hecho para el presidente Harry S.
Truman, según se encargó de recordárselo ese día al propio Bush.
Y siguió trabajando, sin dejarse aplastar por las dolencias de la vejez.
En el 2007 también participó en el proyecto discográfico y fílmico 90
millas, producido por Emilio Estefan y protagonizado por su esposa
Gloria.
Hace apenas tres semanas el flautista puertorriqueño Néstor Torres lo
visitó para trabajar junto la versión para flauta de un danzón inédito
que Cachao compuso en 1939 con el título Arcaño al bate.
"Cuando llegué a Miami en 1981, él me había dictado la parte de flauta,
pero no había podido hacer nada hasta ahora'', contó Torres. "Esta vez
me dictó el resto del danzón, le estaré eternamente agradecido a este
hombre por su música, por su legado y por su humor''.
Torres planea estrenar la pieza el próximo 18 de abril en un concierto
en el Miami-Dade County Auditorium, el cual dedicará póstumamente al
maestro.
Apenas 48 horas antes de ser hospitalizado, regresó de República
Dominicana, donde recibió un premio honorífico por su desempeño de por
vida. Para agosto tenía planificada una gira por Europa en compañía de
su amigo y frecuente colaborador, el violinista uruguayo Federico Britos.
Además de Palacio, lo sobreviven en Miami su hija María Elena y su nieto
Héctor Luis Vega. En Cuba, sus sobrino Orestes "Cachaíto'' López,
integrante de la agrupación Buena Vista Social Club. Su esposa Esther
Buenaventura había fallecido en el 2004.
Los pormenores del funeral --previsto para el próximo miércoles-- serán
anunciados el lunes, a las 10 a.m., en una conferencia de prensa en el
Restaurante Versailles de la Calle Ocho, adonde Cachao solía acudir
todas las mañanas.
Miami, FL. Domingo 23 de Marzo, 2008.
Nota del MCUD y de SOS Justicia:
El MCUD y SOS Justicia se unen al dolor del pueblo Cubano ante la
perdida de este gran músico, leyenda Internacional, familiar, buen
amigo, patriota.
Hermano “Cachao”, viviste e hiciste siempre lo que quisiste y te gusto
hacer, escogiste vivir libre y el solo hecho de que nunca regresaste a
la isla bajo la dictadura habló por ti.
Descansa en paz querido compatriota,
amigo, hermano. Siempre te recordaremos y tú nombre al igual que otros
grandes de la música y la moral permanecerán para siempre en nuestra
historia. Tú eres y serás historia.
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