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Artículos
Armas para el EPR.
Por Raymundo Riva Palacio*
Una historia secreta de espías y contrabando de armas involucra a tres
países, un partido político mexicano y a la guerrilla.
Colombia y Venezuela llevan una larga temporada de tensiones fronterizas
por el supuesto apoyo que da el presidente Hugo Chávez a las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en una polarización andina
in crescendo . El gobierno colombiano ha sido muy enérgico frente al
venezolano porque está inmerso en una guerra civil donde Estados Unidos,
apoyándolos militar y económicamente, está creando un nuevo Vietnam.
Hace unos días la temperatura se elevó porque las autoridades
colombianas incautaron cerca de mil uniformes militares venezolanos,
reavivando las alarmas permanentes del envío de armas de Caracas a las
FARC. Incluso, el presidente George W. Bush expresó preocupación porque
una reciente compra de armas rusas por parte de Chávez pudiera terminar
en las manos de guerrillas de izquierda.
A Bush le preocupa, dentro de la paranoia estadounidense bastante bien
fundada, por cierto del terrorismo internacional, que esas armas pasen a
las FARC y de ahí vayan a manos de cárteles de la droga o, en el proceso,
a organizaciones contra las que libran su guerra global, como Al-Qaeda.
Lo que todavía puede no saber, pero sí conoce el gobierno mexicano, es
que armas obtenidas por Venezuela en el mercado internacional han tenido
como uno de sus destinatarios al Ejército Popular Revolucionario (EPR),
la guerrilla más seria que opera en México. Esta historia se mantiene
con el mayor secreto, en particular porque este cargamento de armas
tiene huellas que llevan a cuadros perredistas dentro del Gobierno del
Distrito Federal.
Altos funcionarios con acceso a información de inteligencia precisaron
que en este trasiego de armas para la guerrilla mexicana no se encuentra
involucrado el jefe de Gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador,
a quien sin embargo le han hecho llegar las alertas de que algo ilegal y
peligroso está sucediendo a sus espaldas. La investigación, de la cual
sólo fueron revelados detalles generales, se refiere a que en los
últimos meses se detectó la salida de una partida de dinero de fondos
del Gobierno del Distrito Federal a La Habana, desde donde se trianguló
una nueva operación financiera con Caracas, donde ese dinero fue tomado
por el gobierno de Hugo Chávez para comprar un lote de fusiles de asalto
de manufactura rusa conocidos como AK-47, coloquialmente llamados
cuernos de chivo , que son armas de alto poder utilizadas en México
únicamente por narcotraficantes.
Originalmente se pensó que esa partida había contado con la aprobación
de López Obrador, lo cual se descartó rápidamente conforme fueron
recolectando más información los servicios de inteligencia mexicanos. No
fue un envío institucional, sino de funcionarios perredistas cuyos
nombres no han sido dados a conocer. Tampoco se sabe si en la operación
financiera participaron funcionarios cubanos adscritos a la embajada en
México, o si el dinero fue llevado personalmente por perredistas a La
Habana para continuar con la triangulación para la compra del armamento.
No se revelaron las fechas exactas de la operación, ni de cuándo
llegaron las armas a México, que ingresaron por tierra a través de la
frontera con Guatemala, donde hay decenas de kilómetros totalmente
desprotegidas y que es utilizada para el traslado de drogas procedentes
de Colombia y Perú. Lo que sí está claro es que los servicios de
inteligencia mexicanos tienen todos los detalles de la operación y los
nombres de los implicados en México.
Según los altos funcionarios, las armas fueron recibidas por el EPR,
aunque no precisaron en qué parte del país permanecen. Fuentes de
inteligencia mexicanas sostienen que la comandancia general del EPR se
encuentra en la zona conocida como Reserva Tepeyac, al norte del
Distrito Federal, a donde se mudaron tras el fiasco federal de la
investigación que seguían en Tláhuac, y luego de que a principios de
este sexenio, presionados por las autoridades para dar resultados tras
los petardazos en bancos, comandantes policiales optaron por hacer
estallar una larga investigación sobre una casa de seguridad del EPR en
Iztapalapa, de donde habían obtenido muchas líneas de investigación
sobre la guerrilla. Sin embargo, no precisaron si las armas se quedaron
en las casas de seguridad del EPR en la zona metropolitana de la ciudad
de México, o si se enviaron a los campos de entrenamiento guerrilleros
que tienen detectados en Michoacán y la Huasteca potosina.
El gobierno federal, que sigue con atención los movimientos del EPR, no
ha puesto una alarma roja por las armas de Chávez a la guerrilla con la
intermediación de Cuba porque el volumen de la carga, según las fuentes,
no es considerable. No obstante, hay una creciente preocupación por la
posibilidad de que López Obrador no pueda tener el control de lo que
están haciendo cuadros perredistas de influencia a sus espaldas y que,
ante el creciente deterioro en las relaciones con Cuba, lo que el
gobierno de Fidel Castro nunca hizo en el pasado apoyar a las guerrillas
mexicanas comience a darse como un nuevo patrón en la real politik
actual de México y La Habana.
rriva@eluniversal.com.mx
/ rrivapalacio@yahoo.com
* Reconocido periodista y analista, Raymundo Riva Palacio ha obtenido
dos Premios Nacionales de Periodismo. Durante su fructífera carrera, ha
escrito para numerosos periódicos de México, España, Canadá y Estados
Unidos. Es autor de "Centroamérica: la guerra ya empezó", "Más allá de
los límites: ensayo para un nuevo periodismo", y coautor de "Aún tiembla"
y "La cultura de la colisión". Su último libro se titula "La prensa de
los jardines". Actualmente es director editorial de El Gráfico, El M, y
coordinador de asuntos internacionales de El Universal.
Fuente: La Nueva Cuba
12 de Mayo 2005
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