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Artículos
Prisionera de conciencia
Por: Ileana Fuentes
Revista Encuentro 30 de julio del 2003
Había una vez una economista habanera que fungía como burócrata de
empresas estatales en esa isla imperecedera que flota –dicen que es de
corcho, otros que porque es una balsa- en el cercano océano. Un día de
1994 –quizás en privado fue mucho antes -, hastiada de la mentira
política y el derrumbe moral, la compañera se lanzó al rescate de su
soberanía personal y abandonó el rumbo que había trillado durante toda
una vida. Su nombre: Martha Beatriz Roque Cabello. Como si la soberanía
personal no fuese causa suficiente, la economista - ahora desvinculada
de la oficialidad y estrenando su nueva condición de paria – se lanzó,
en compañía de otros profesionales de la cifra y la estadística, también
desafectos, al rescate de la soberanía colectiva, o sea, la de 11
millones de cubanos.
Así se fundó, en 1995, una asociación contestataria a la que se dio el
nombre de Instituto Cubano de Economistas Independientes, y se tendieron
puentes de amistad e intercambio didáctico hacia una veintena de colegas
desconocidos del otro lado del Estrecho para educar al mundo sobre la
paupérrima realidad de la economía cubana. Trimestralmente, y sin fallo,
ese comité –encabezado en un principio por Arnulfo Carrandi -, comenzó a
publicar un modestísimo boletín en cuyas páginas se fueron divulgando
los expertos y aplastantes informes de Martha Beatriz y de otros
especialistas sobre los desmanes de la política económica del régimen
cubano.
Datan de 1996 los primeros atropellos de Seguridad del Estado contra
Martha Beatriz Roque Cabello. Su nombre ya aparece en el informe de
Human Rights Watch de 1997-98. Desde entonces, no ha dejado de
comparecer en esas páginas.
En 1997, Roque Cabello, Vladimiro Roca Antúnez (ex oficial de las
Fuerzas Aéreas de Cuba, hijo del fallecido líder comunista Blas Roca),
Félix Bonne Carcasés (profesor universitario de la Facultad de
Ingeniería) y René Gómez Manzano (abogado disidente, fundador del grupo
opositor Corriente Agramontista) reunieron sus conocimientos bajo el
nombre Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna con el fin producir lo
que resultaría un devastador análisis de las propuestas sometidas al
pueblo por el Partido Comunista de Cuba, en preparativos para el V
Congreso de dicha entidad. El nombre del documento recorrió toda Cuba y
todo el mundo: La Patria es de todos.
El golpe certero que significó para el régimen La Patria es de todos –cuya
lectura puede hacerse si se entra en el portal creado para promover la
libertad de Martha Beatriz (www.marthabeatriz.info)-, sólo se puede
apreciar si atesoramos en todas sus dimensiones la reacción del aparato
represivo del comandante: arresto de los cuatro disidentes –conocidos a
partir de ese momento como “Los cuatro de La Habana” -, permanencia en
Villa Marista sin juicio durante año y medio; cargos de sedición;
juicios sumarísimos en 1999, televisados en todo el país (proselitismo
gratis: craso error de los comisarios); y condenas de cinco años de
cárcel a Roca, cuatro a Bonne Carcasés y Gómez Manzano, y tres años y
medio a Roque Cabello, cumplidos en casi su totalidad en las peores
circunstancias de desatención, precariedad y negligencia.
Así cobra estatura internacional en este panorama de la oposición
interna la figura de Martha Beatriz Roque. Declarada –al igual que sus
tres colegas- Prisionera de Conciencia en 1999 por Amnistía
Internacional, esta valiente mujer no desiste en su campaña. Ya en
libertad, en el 2001 se lanza a la tarea de censar y documentar las
organizaciones opositoras en toda la Isla, y reúne una extensa lista de
más de 250 entidades. Es esa labor la que le sirve de base a principios
del 2002 para anunciar la formación de una red nacional opositora que
lleva por nombre Asamblea para Promover la Sociedad Civil en Cuba. La
acompañan en ese empeño sus tres colegas de La Patria... y se lanza de
nuevo a forjar alianzas cívicas y puentes.
En el año 2002, le fue otorgado el premio Heinz R. Pagels de Derechos
Humanos para Científicos de la Academia de Ciencias de Nueva York, por
su “incansable trabajo para promover la democracia, los derechos humanos
y el libre acceso a la información sobre la situación económica en
Cuba.” Huelga decir que no le fue permitido viajar a Nueva York a
recibir dichos honores.
Es en medio de ese empeño de consolidar la Asamblea que cae presa una
vez más el 18 de marzo de 2003, una de dos mujeres (la otra fue Migdalia
Hernández Enamorado, en Guantánamo) entre los 75 arrestados en las
redadas de marzo, y la única mujer en ser llevada a juicio. Una mujer y
74 hombres, todos disidentes pacíficos atropellados por la maquinaria
testosterónica del régimen. ¿Su sentencia? Veinte años de cárcel. Casi
un cuarto de siglo. Roque Cabellos tiene 58. De no suceder un cambio
significativo en la cúpula del poder que recapacite y anule esa atroz
sentencia, Martha Beatriz Roque Cabello cumplirá los 83 años de edad en
Manto Negro, Prisión de Mujeres de Occidente. Manto Negro: la cloaca
matancera del infierno, donde han agonizado miles de presas políticas
cubanas en el transcurso de las últimas cuatro décadas.
Amnistía Internacional ha vuelto a declararla “Prisionera de Conciencia”,
por segunda vez en menos de cinco años. Eso bien puede ser un record,
otro más en el expediente de la dictadura.
Este pasado mes de junio, la organización Mar y Mujeres Anti-Represión
por Cuba (MAR) emitió una denuncia y petición de apoyo a la libertad de
esta cubana: “Martha Beatriz se encuentra internada como presa de mayor
rigor, en una celda solitaria que mide 1½ por 3 metros, infestada de
ratas y cucarachas, que incluye un hueco para las necesidades personales,
sin ventana, donde no le permiten ni siquiera leer. Ha perdido alrededor
de 40 libras [en tres meses], tiene la presión arterial descontrolada,
un lado del cuerpo completamente dormido, padece de vómitos y diarreas,
exhibe desorientación y falta de coordinación, y carece de atención
médica y medicamentos.”
Días antes de su arresto, la economista independiente e incuestionable
líder opositora había enviado un llamamiento a los cubanos de afuera:
“Debemos impulsar la reconstrucción económica del país. Tenemos que
eliminar la hipertrofia asfixiante del estado, y crear un clima de
estabilidad jurídica que estimule la inversión privada bajo una economía
de mercado con conciencia social. Para ello necesitamos de ustedes.
Necesitamos de esa parte de la nación cubana que está al otro lado del
Estrecho de la Florida, y que también está en distintos países de Europa.
Proclamamos la unidad moral con igualdad de derechos de la nación cubana.
Nuestra labor principal debe ser fortalecer en Cuba la sociedad civil
emergente. Recobrada nuestra libertad, será preciso fomentar la
reconciliación centrada en la cordura y la justicia.
Nosotros, con fe inapagable en las reservas latentes de nuestra Patria,
dentro y fuera de la isla...nos comprometemos a continuar esta cruzada
cívica hasta que alboree en libertad la nueva República...”
El domingo, 27 de julio, MAR informó que Martha Beatriz Roque había sido
trasladada al Hospital Militar Carlos J. Filay en serio estado de salud,
con hipertensión, dolor en el pecho y hemorragia nasal, según informaron
sus familiares desde Cuba:
“..estaba pálida, el dolor en el pecho continúa, y su cuerpo está en mal
estado... presenta un estado depresivo, coherente pero muy débil. Los
análisis [dieron] un resultado de glicemia alterada”.
Los doctores Vicente Lago y Angel Garrido, conocidos médicos residentes
en Miami, estiman que, “de no producirse un tratamiento adecuado y
rápido, la valiente opositora podría sufrir severas consecuencias, sin
que pueda descartarse un desenlace fatal”. Ambos han iniciado una
campaña a favor de Martha Beatriz a través de las no-gubernamentales
Médicos sin Fronteras y Physicians for Human Rights.
Sirva esta columna como convocatoria a los lectores que acuden
diariamente a este Encuentro. Únase desde dondequiera que esté a esta
campaña humanitaria y justa a favor de Martha Beatriz Roque. Proteste
ante el consulado o embajada de Cuba en su país, Escríbale a su prensa
local y nacional. Contacte a las no-gubernamentales médicas y femeninas
que estén a su alcance, y a la Cruz Roja Internacional (email.mex@icrc.org).
Contacte a las cancillerías y a los ministerios pertinentes. Escríbale a
Pat Cox, presidente del Parlamento Europeo (pcox@europarl.eu.int).
Contacte al liderazgo eclesiástico de su país, el de cualquier religión
que le escuche. Contacte a la Oficina del Alto Comisionado de Derechos
Humanos de Naciones Unidas en Ginebra o en Nueva York. Únase a la
denuncia de Amnistia Internacional (www.amnesty.org o su correo
electrónico admin-us@aiusa.org), y a la de Human Rights Watch (correo
electrónico hrwdc@hrw.or en EU o en Londres hrwuk@hrw.org). Escríbale al
canciller cubano Felipe Pérez Roque (correo electrónico: cubaminrex@minrex.gov.cu)
y hasta al propio Fidel Castro (Presidente del Consejo de Estado y de
Ministros, La Habana, Cuba.)
¡Denúnciese la barbarie que se comete, en nombre de la soberanía
nacional, contra esta insigne mujer!
Para más información:
marporcuba@aol.com o visite el portal
www.marthabeatriz..info
Ileana Fuentes © |
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