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Artículos
El abuelo de Supermán.
Por Pablo Alfonso
Si de elogios y halagos del mundo de la farándula se trata, el dictador
cubano Fidel Castro, no tiene por qué quejarse. Los recibe en buenas
cantidades.
Castro parece confirmar esa regla que se atribuye a la fascinación que
ejercen ''los hombres fuertes'', dictadores míticos o caudillos, sobre
algunos intelectuales y artistas de renombre.
Ejemplos no faltan, aunque las causas y motivaciones sean diversas.
Ahí tenemos el caso del afamado escritor colombiano, Gabriel García
Márquez, premio Nobel de Literatura, quien mantiene una estrecha amistad
y admiración por el dictador cubano, compañero de pesca y de aventuras
gastronómicas.
Al ''Gabo'' se le puede ubicar, sin mucho esfuerzo, en los entretelones
de la farándula por sus incursiones en el mundo del cine y esa brillante
utilización que ha logrado con el realismo mágico de sus narraciones.
Hay muchos otros personajes que pueden servir de ejemplo, pero prefiero
sólo recordar ahora al famoso director norteamericano Steven Spielberg.
Cuando el galardonado director hollywoodense visitó La Habana en el 2002
para asistir al Festival de Cine, no perdió la oportunidad de
entrevistarse con Castro. De aquel encuentro quedó una cita memorable de
Spielberg quien afirmó que esas ocho horas de conversación con el
dictador cubano habían sido las más memorables de su vida.
Sin embargo, la perla de la corona se la ha llevado esta semana Oliver
Stone. Otro famoso actor, productor y director hollywoodense deslumbrado
por Castro. Stone, incluso, le ha dedicado a Castro un largo documental
televisivo, que es toda una promoción del dictador.
Ahora mientras Castro convalece de su publicitada fractura de rodilla,
Stone le dirigió una carta que el diario Granma se encargó de publicar
en primera plana, como noticia principal. Creo que vale la pena
compartirla con los lectores de esta columna.
``Querido Fidel:
Eres increíble. Primero, te caes y te fracturas la rodilla y, en lugar
de relajarte un momento y dejar que los médicos te anestesien, que es lo
que la mayoría de los hombres normales harían, decides seguir trabajando
durante la operación, incluso mientras te anestesian.
Si estuviera buscando al abuelo de Superman para hacer una película, te
elegiría a ti.
Te deseo una pronta recuperación. Te echo de menos y espero verte pronto
cuando vuelva a Cuba.
Siempre afectuoso, Oliver Stone''.
Si hiciera falta una prueba contundente de que el genio no está reñido
con la bobería esta carta es toda una evidencia.
Aunque, quien sabe, a lo mejor Stone anda buscando de verdad al abuelo
de Superman para hacer una película y un día nos encontramos con que
Castro es su personaje del hipotético filme.
Fuente:
El Nuevo Herald
Dec. 05, 2004
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