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“La Unidad Necesaria.”
Por Moisés Leonardo Rodríguez Valdés

La Habana, Cuba. 19 de julio de 2006. La unidad de las fuerzas pro democracia es considerada necesaria para lograr un mayor impacto social de las acciones en tal sentido.

Esta visión es compartida por la mayoría de los civilistas cubanos así como por mucho de los simpatizantes o simples observadores de su quehacer.

Intentos de lograrla no han faltado. Son ejemplos de ellos : la Concertación Democrática Cubana y la Coalición Democrática Cubana a comienzos de la década de los 90s, Concilio Cubano en 1996, Todos Unidos a comienzos del siglo XXI y mas recientemente, en el 2005, la Asamblea para Promover la Sociedad Civil. Todos estos esfuerzos han resultado incapaces de nuclear a la mayor parte de la disidencia cubana.

Coinciden muchos analistas que, entro otros posibles, son dos los factores que han contribuido a abortar estos intentos. Uno es idiosincrásico y consistente en un déficit del indicador del capital social que es la capacidad de asociatividad de los individuos de un grupo social determinado. Que los naturales de la isla son fáciles de reunir pero imposibles de unir, es una valoración de alguna figura histórica en este sentido.

En segundo lugar esta un factor conceptual, el de solo concebir la unidad como integración de una estructura organizacional única, jerárquica o verticalmente integrada y en la cual las decisiones emanan de un centro pensante, diseñador de los objetivos y estrategias y asignador único de los recursos.

Este ultimo factor, el conceptual, es como una manifestación, un reflejo condicionado o inercia que en las subjetividades individuales refleja la practica de los últimos 47 años de gobierno totalitario desde sus primeros pasos en este sentido con la “Organizaciones Revolucionarias Integras” (ORI) seguida del “Partido Único de la Revolución Socialista” (PURS) hasta llegar al :”Partido Comunista de Cuba” (PCC). En todos estos casos ha habido uno y el mismo líder decidiendo como ha de ser, donde ha de ser y para que ha de ser todo sobre las vidas de los nacionales y SU hacienda.

Las propias condiciones de control total y los niveles inimaginables de represión en todas sus variantes, junto a la natural y democrática necesidad de presencia y libre manifestación de lo diverso, parecen sugerir que se conciba la unidad no como integración estructural absorbente y destructora de la diversidad sino, por el contrario, como COORDINACIÓN DE LO DIVERSO EN POS DE LOGRAR OBJETIVOS COMUNES A TRAVES DE UNA ESTRATEGIA COMPARTIDA. No unidad que haga desparecer, ni siquiera opaque, lo diverso, sino lo diverso manifestándose unido.

Esto tiene antecedentes en la lucha por los derechos civiles de los negros norteamericanos en el pasado siglo. Es Martín Luther King. JR quien escribió:

“En primer lugar a los negros les faltaba unidad. Había algunos grupos que intentaban hacer algo por salir de aquella situación injusta pero lo hacía cada colectivo por su cuenta. No había ni coordinación, ni unidad de objetivos ni unidad de estrategia para conseguir lo que pretendían todos. Por eso apenas lograban nada y las cosas seguían como siempre, o peor, porque cada fracaso les convencían que no se podía intentar nada.”

También el Partido Revolucionario Cubano fundado por José Martí precisó en sus “Bases” los objetivos y estrategia que llevaría a la unidad en el empeño común.

Ese Partido, aunque con un líder en la punta de la pirámide estructural, tendía mas a funcionar como una estructura horizontal por la coordinación de sus Clubes. Muchos de dichos Clubes existían antes de la fundación del PRC y se integraron a sus filas manteniendo las funciones para las que habían sido creado inicialmente.

Considerando las experiencias referidas, ambas desarrolladas en EU, una sobre la cuestión cubana y la otra sobre la comunidad negra norteamericana, podrían la fuerzas democratizadoras de Cuba dar pasos en el sentido que las mismas sugieren en lugar de seguir intentando lo que tantas veces ha demostrado su inviabilidad.

Establecer coordinaciones entre todas las instituciones e individuos del exilio que así lo decidan para delimitar objetivos comunes y trazar en conjunto estrategias paras sus logros parece ser empeño mas viable que seguir tratando de lograr la estructuración ordenada verticalmente de las personas e instituciones existentes.

Por este camino se unificaría lo diverso que llevaría a la UNIDAD EN LA ACCION prevaleciente ante la unidad en la estructuración. Los esfuerzos se centrarían mas en qué hacer por sobre la relación estructural entre quines lo hacen. Bien dijo el Apóstol que “Lo que importa es que se haga aunque no se vea quien”

Como objetivos comunes indiscutibles se encuentran la excarcelación de los presos políticos y de conciencia y la imprescindible ayuda a la disidencia interna.

Sobre ambos objetivos es posible delinear estrategias en las que cada quien, institución o individuo, aporten de acuerdo a las propias posibilidades, con funciones especificas y claras asignadas a cada quien sin detrimento de continuar el desarrollo de las iniciativas propias de forma independiente.

Advirtió Martí en una ocasión “O alzar juntos la red o vivir, rebeldes inútiles, bajo la red” La hora de alzar la red ha llegado. Aislados no hemos podido. Juntémonos y así liberaremos la presa bajo la red.


* Moisés Leonardo Rodríguez Valdés reside en Cuba, es Licenciado en Física,(Prof. Auxiliar), tiene registrados algunos inventos en su rama y en maquinarias agrícolas. Miembro activo y uno de los fundadores de la Corriente Martiana, periodista independiente.