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Problemas que afronta la resistencia cívica cubana (también llamada no cooperación, desobediencia civil o fuerza no violenta)
Por Lázaro González Valdés*

“Ninguna casa se puede comenzar a construir por el tejado” podría ser el proverbio para definir con exactitud los fracasos y escasos resultados positivos en que culminan las convocatorias para que los cubanos de la Isla no cooperen con el régimen que los oprime. En este caso el tejado sería la fase final de un procedimiento liberador donde supuestamente numerosos compatriotas adoptarían la postura de desobediencia civil y ese acto de fuerza no violenta daría al traste con el dominio del partido comunista de Cuba (PCC).

Se debe señalar que en su obra “Sicología de las Multitudes” (1895) Gustavo Le Bon formuló que para movilizar a las personas quien las convoca necesita tener prestigio. Aplicando este principio al caso cubano el resultado es que no tiene crédito quienquiera que pida la no cooperación con los opresores comunistas pero directa o indirectamente coopere con esos terroristas del PCC.

¿Cómo se podría creer en gente que pide no cooperación con el régimen del PCC, acto que conllevaría un proceso unitario así como el diseño y la estrecha coordinación de complejas acciones de desobediencia civil, cuando esa gente sólo acepta procesos unitarios si son directores del mismo, o declaran que no creen en la unidad, o consideran que cada quien debe actuar según convenga a su organización, a la política o al programa del cual ellos son partidarios?

¿Cómo se podría confiar en quien inste a la huelga de brazos caídos contra el estado socialista (dueño de todos los puestos de trabajo y de los medios de producción) pero se niega a boicotear y consume los productos de las empresas que comercian con ese estado opresivo?

El ejemplo tiene que empezar por casa. O sea por nosotros los exiliados. De afuera hacia adentro ha de ir la fuerza que fulmine a los opresores de la generalidad del pueblo cubano. Para conseguir esa fuerza tiene que unirse, en igualdad de condiciones, con los mismos deberes y derechos, la mayor cantidad posible de cubanos cuya principal creencia sea la de que con el PCC no hay solución y por tanto quieran erradicar el ordenamiento impuesto por esa organización criminal ... terrorista.

Insisto en que nos compete a los exiliados dar el ejemplo en esta desigual batalla. Se tiene que boicotear a la KIA, a las cadenas hoteleras, a las empresas agropecuarias, a la ONU y a toda entidad o individuo que trate o comercie con el opresor PCC. La desobediencia civil tiene que comenzar en el exilio pues únicamente así éste se ganará el prestigio necesario para convocar a los residentes en Cuba para que ellos se sumen a la desobediencia civil ... a la no colaboración con quien los oprime por casi medio siglo.

Este llamado al exilio para que tome acción contra los individuos y asociaciones que de alguna forma sostienen a la dictadura del PCC es parte de la campaña que SOS Justicia, el Movimiento Cubano Unidad Democrática (MCUD) y cientos de activistas en Cuba consideran imprescindible para eliminar al flagelo comunista por siempre.



*Lázaro González Valdés, Exprisionero político en Cuba, fue uno de los cinco ejecutivos principales de Concilio Cubano y fue detenido durante la ola de arrestos que fue causa parcial de la no celebración del Concilio Cubano en 1996. Actualmente reside en Miami y continua contribuyendo a la causa de la libertad de Cuba, dirige la página de Internet Semanario a Fondo, Dirige S.O.S. Justicia, organización encargada de recoger denuncias de violaciones a los Derechos Humanos cometidas por el actual sistema comunista en Cuba para en su momento oportuno tornar dichas denuncias a los tribunales competentes.