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Artículos
La falacia de los 300 presos políticos en Cuba.
Por Lázaro González Valdés*
(Dedicado a los cubanos que, encarcelados o no, de mil maneras se oponen
al comunismo)
Los opositores y periodistas independientes tienen la principal tarea de
ganarle al Partido Comunista de Cuba (PCC) la batalla de ideas que este
grupo ilegal desarrolla difundiendo mentiras en sus exclusivos medios de
prensa y agrediendo a garrotazos a quienes se atreven a enfrentársele en
el plano intelectual.
Para ganar esta pelea se tiene que develar la realidad cubana de modo
preciso pues tenemos que mostrársela en todo su horror a una variada
gama humana que va desde los hipnotizados por la ideología marxista
hasta quienes nuestro dolor le importa un comino, pasando por
comerciantes cómplices del castrismo, personas que no leen noticias por
falta de tiempo o por exceso de lucha para sobrevivir y turistas que no
ven más allá de los orgasmos fingidos de nuestras jineteras entre otras
yerbas que conforman esa opinión pública tan convocada a nuestro favor
pero que nunca responde por estas razones obvias.
No se combate efectivamente al opresor PCC cuando se dice, pongamos por
caso, que en Cuba hay alrededor de 300 presos políticos sin presentar
prueba a favor de esta hipótesis. Sin embargo, esta cifra es confirmada
por opositores y periodistas independientes.
Quizás este número de reos por causas políticas tiene su origen en las
listas parciales elaboradas por la Comisión Cubana de Derechos Humanos y
Reconciliación Nacional (CCDHRN) que dirige Elizardo Sánchez Santa Cruz
pero antes de repetir cualquier información se debe tener en cuenta la
credibilidad de la fuente y la CCDHRN tiene mal antecedente al respecto.
Antes de la visita de Juan Pablo II a Cuba la CCDHRN aseveraba en medios
como la revista Disidente que había unos mil 500 presos políticos en la
isla pero inexplicablemente días después que ese religioso concluyo su
gira por Cuba Elizardo Sánchez afirmó que sólo quedaban 500 reclusos de
ese tipo por lo que se impone preguntar ¿dónde metió los mil restantes
si no hubo amnistía de prisioneros políticos ni liberación masiva de
ellos?
Los confinados por motivos políticos en Cuba posiblemente sean cientos
de miles si se considera la existencia de tipificaciones delictivas como
“El Estado Peligroso” y otras demostrativas de que el legislador (el
partido comunista por arbitrario decreto constitucional) tiene por
principal objeto presentar como delincuente común a todo individuo cuya
conducta sea considerada “en contradicción manifiesta con las normas de
la moral socialista” como se confirma en el Artículo 72 de la Ley No. 62
o Código Penal impuesto por el PCC.
Otro aspecto que evidencia la artimaña del partido comunista para pasar
gato por liebre, o mejor dicho para pasar reo común por político, es que
según la ciencia del Derecho las reglas jurídicas tienen que ser
explícitas, descriptivas al máximo para evitar interpretaciones erróneas
de las mismas pero conociendo este precepto el legislador PCC no incluye
en sus códigos cuales son “las normas de la moral socialista” por las
cuales encarcela a sus presuntos violadores entre uno y cuatro años
según se constata en el Artículo 81.1 de la referida Ley No. 62.
No hay dudas respecto a que es principal tarea legislativa del PCC la de
reprimir a sus opositores creándose al mismo tiempo una coartada de
respeto a los derechos políticos y civiles pero para quienes no crean en
la existencia de este procedimiento criminal les recomiendo analizar
este fragmento del Artículo 27 del Código Penal: “La sanción no tiene
sólo por finalidad la de reprimir por el delito cometido, sino también
la de reeducar a los sancionados en los principios de actitud honesta
hacia el trabajo, de estricto cumplimiento de las leyes y de respeto a
las normas de la convivencia socialista ...”.
Bajo cargos de violar esas “normas de la convivencia socialista” no
descritas de modo intencional en los códigos vigentes encontré a miles
de cubanos encarcelados durante mi época de prisionero de conciencia.
Son los mismos compatriotas que, sin militar en organizaciones
opositoras ni ser periodistas independientes, protegen de mil formas que
no conviene divulgar a los presos políticos de las agresivas operaciones
conjuntas entre la policía política y el Trabajo Operativo Secreto,
siniestra entidad carcelaria conocida por las siglas TOS que por una
ración extra de salcocho, por una visita familiar o por una rebaja de
sanción recluta como mercenarios a criminales de profesión para que
hostiguen a los reclusos políticos.
Muchas denuncias de los tratos inhumanos en las cárceles cubanas se
conocen y atraviesan muros de hormigón armado, rejas, alambradas y
férreos sistemas de vigilancia gracias a la colaboración de esos cientos
de miles de presos políticos que el PCC presenta como vulgares
delincuentes. Cuando los opositores y periodistas independientes limitan
el número de confinados políticos a unos 300 están negando la
irrefutable realidad de que el sistema carcelario castrista representa
torturas y tratos crueles tanto para confinados comunes como políticos.
Cuando sólo se pide la libertad de los supuestos 300 prisioneros
políticos o del grupo de los 75 se le está negando de hecho la condición
de resistente cívico a quien para dar de comer a su familia le mató una
res al PCC (que expropio todo el ganado e instauró la libreta de
racionamiento como procedimiento de sumisión ideológica) o a quien se
negó a trabajarle al Estado-partido por un salario miserable y fue
condenado injustamente como delincuente común por ejercer su derecho a
defenderse de la opresión por cualquier medio. Sólo alguien enfermo
moralmente podría negar la inocencia de Robin Hood.
El principal criminal común, económico y político es el PCC. Por tanto
ese grupo debe ser ilegalizado en Cuba libre y los comunistas que no se
pasen a la oposición con tiempo deben ser inhabilitados de por vida para
votar y ser elegidos.
Nuestros compatriotas de la resistencia deben comprender que opositor al
comunismo no es una exclusividad de quien se proclama como tal, milita
en alguna organización, se entrevista con medios de prensa y visita
embajadas acreditadas en Cuba sino que es condición de todo cubano que
se enfrenta a la opresión del PCC con los medios que puede. Tenemos que
unirnos al pueblo que sufre, debemos proclamar sus acciones de
resistencia cívica (no organizada por ahora) porque esa mayoría es quien
le dará jaque mate al rey y a su séquito criminal cuando llegue la hora
de la desobediencia civil total. Nada podemos esperar de quienes nos
oprimen ni de los fuegos artificiales de los disidentes de salón ni de
los voceros del reciclaje encubierto tras la falacia de la
reconciliación nacional. ¡En Cuba hay cientos de miles de prisioneros
políticos que esperan por solidaridad!
*Lázaro González Valdés,
Exprisionero político en Cuba, fue uno de los cinco ejecutivos
principales de Concilio Cubano y fue detenido durante la ola de arrestos
que fue causa parcial de la no celebración del Concilio Cubano en 1996.
Actualmente reside en Miami y continua contribuyendo a la causa de la
libertad de Cuba, dirige la página de Internet Semanario a Fondo.
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