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Artículos
Aparta de mí ese cáliz.
Por Luis Tornés Aguililla
Siempre me he dicho que seguramente a los alemanes que lucharon contra
el nazismo ( los hubo y fueron muchos ) les importó muy poco que Hitler
fusilara en sus últimos días a su propio cuñado, el SS-Gruppenfhürer
Hermann Fegelein.
Me remito a ese momento de la historia alemana porque tengo la sospecha
de que estructural y estéticamente, la verticalidad dictatorial del
poder de Adolf Hitler tuvo, por lo menos, algunas cosas en común con el
modus operandi del castro-fascismo en Cuba.
Así, tanto en la isla como en el exilio, a medida que se acerca la
muerte de Fidel Castro observamos el reposicionamiento estratégico de
mucha gente y si echamos un vistazo fugaz a las últimas semanas del
régimen hitleriano, en ese preciso instante en el que sus jefes
comprendieron que la historia les pasaría la cuenta, podremos
previsualizar en « cámara lenta » el desparpajo y pérdida de tino que se
amparará de los infelices encomenderos en desgracia.
Ya los vemos que se destripan y que andan a la greña por el mundo sin
que de nada les valgan las constantes invitaciones a los salones
capitalinos pues baste con un tilín para que se les destape « el solar »
que llevan en la frente aunque se vistan de seda….¡ Dan una gracia !.
Son de lo más cómicos todos esos ex paniaguados de Su Majestad cuando se
tienen que enfrentar a la adversidad hedionda de la traición.
Esa desagradable realidad la observamos tanto entre los salidos como
entre los que aún no han podido salir del caño y asistimos a esos saldos
de cuentas con la esperanza de que algún día el pueblo cubano pueda
decirles lapidariamente a cada uno de ellos : ¡ Aparta de mí ese cáliz
!.
Ese día vendrá como respuesta de la gente de a pie, como reacción al
desprecio profesado por los que durante tantos años usurparon todos los
poderes en Cuba provocando un divorcio de facto, gracias al cual, la
relación entre « los relojeros*- SS tropicalis » y el pueblo cubano es
tan imposible como la que pudiere haber entre un cangrejo moro y un totí
de la Sierra de Cubitas, ( los que somos y siempre fuimos del fondo de
la nasa lo sabemos perfectamente ) y de tal suerte que, lo mejor fuese
para todo el mundo que esas personas comprendan el contenido profundo
del momento histórico en el cual están atoradas.
No sé…pero yo no dejo de pensar en los servicios de Estado que parirán
las instituciones democráticas el día de mañana para cazar a los que por
el mundo creen poder hacer negocios con el dinero robado directa o
indirectamente a los infelices cubanos durante por lo menos medio siglo
de dictadura.
Los que desean la inmediata abolición de la pena de muerte son los
mismos que imaginan un giro tan grande en la vida del país que nadie
sabe lo que ocurrirá. En ese sentido, Cuba es un misterio.
De nada valdrá que digan que bien merecido está « el siglo de forja »,
que los cubanos lo merecíamos por la matanza de los indios, por el
secuestro masivo de africanos, por lo de la Asamblea del Cerro o por lo
que pasó después.
Muchos parámetros sociológicos indican que la mayoría de la gente tiene
en mente el hurgarse cuidadosamente los cascos que tanto patalearon en
el lodo infame de la mentira y quitarse par siempre del cogote el yugo
invisible del castro-fascismo.
A los poderosos de ayer y de hoy, recomiendo casi fraternalmente que
escriban ahora sus memorias y fechorías porque el asesinato del general
Ochoa fue para la gente del pueblo - como dijera un cómplice- « un
asunto entre militares » y, si lo comparamos con lo que representa el
fondo del Estrecho de la Florida en su calidad de cementerio marino más
grande que mente humana podrá jamás imaginar, entonces el asesinato de
Ochoa se convierte como por arte de magia en un « accidente de trabajo
». Nadie sangra por la herida ajena.
Las querellas y pendencias entre los matarifes y corsarios del
castro-fascismo son ya para buena parte de la población cubana un
epifenómeno de un mundo que se va y con el cual la gente no se
identifica.
Arnoldo Tauler acaba de publicar un excelente libro « El general Sombra
» cuyo marco histórico es el proceso contra el general Ochoa. ¡ Tiene
razónTauler ! pues comercialmente entramos de lleno en esa época en la
que se nos vendrá encima una hemorragia literaria de memorias y
murmuraciones justo antes de la etapa siguiente, la de las traiciones y
suicidios masivos sin hablar ya de los destierros voluntarios ad vitam .
Los cubanólogos dicen ahora que la sociedad cubana se transforma en
dirección de « un pacto nacional » en una especie de contubernio entre
la masa anónima y los encomenderos pero modestamente, así desde tan
lejos me permito poner en duda lo del amorío desmedido entre las
víctimas y los victimarios. A lo sumo – como diría un amigo de Colombia-
habrá quizá un comedido arreglo ¡ y no más !.
Y dicen también que, después de todo….., el eructo trágico de la
Historia cubana habrá servido para sembrar en cada mente la convicción
de que la destrucción sistemática del país no puede volver a ocurrir.
Con eso sí estoy de acuerdo, ¡ tremenda lección !.
*relojeros : todos los enamorados de Fidel Castro que tuvieron o
desearon tener de sus manos un reloj de marca « Rolex ».
Septiembre 26, 2005
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