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Crónica para 'un enfant terrible'.

Por Iria González-Rodiles*

“Acuérdense de los presos como si estuvieran con ellos en la cárcel,  y de los que sufren, pues ustedes también tienen cuerpo”. (La Biblia, Hebreos 13,3)

Un hombre está en peligro. Ya lo sé: alguien dirá que no es el único. Pero tal vez existen más hombres en peligro porque, antes, ya hubo un primer hombre en peligro. Y entonces dijeron: ¡es sólo uno! Como si no fuera suficiente. 

Por uno se comienza: lo mismo para someterlo a una situación peligrosa,  que para abandonarlo a su suerte, que para tenderle la mano.

Cualquiera podría ser ese hombre: tú, yo, un ser querido. Ese hombre de quien hablo es uno de los 75 prisioneros de conciencia –reconocidos por Amnistía Internacional— que cayeron en la redada policíaca de la primavera de Cuba, ocurrida en marzo del 2003. Pero también podría ser otro de los presos políticos que, desde mucho antes, cumplen condenas en las prisiones de la isla.

Ahora es Ricardo González Alfonso, pero antes fueron otros, y, al mismo tiempo, o luego, podrían ser muchos más los hombres cuyas vidas peligren.

Álida de Jesús Viso Bello,  esposa Ricardo, pide ayuda; escúchala:

“Ricardo ha sido operado dos veces, en menos de un año, en el Hospital Nacional de Reclusos: el 13 de enero y el 2 de diciembre, del 2005. La herida presenta secreciones purulentas y una falsa cicatrización.  Su estado de salud es crítico”.

 

Por eso, Álida llama  “a los gobiernos democráticos,  a las personalidades de bien y a las Organizaciones No Gubernamentales, de todo el mundo, para que intercedan ante el gobierno cubano a favor del prisionero de conciencia Ricardo González Alfonso”.

Álida es una de las ‘Damas de Blanco’: mujeres que asisten a la misa dominical de la Iglesia Santa Rita, ubicada en la barriada habanera de Miramar, donde, primero, rezan por sus familiares presos –esposos, hijos, hermanos, padres— y, luego, concluida la celebración religiosa, realizan un desfile silencioso, pacífico, frente a la parroquia por el parque que se extiende a lo largo y en el centro de la Quinta Avenida, en protesta por las injustas condenas.

El Parlamento Europeo les ha concedido, recientemente, el Premio Andrei Sajárov. Vale. Las Damas de Blanco han sido valientes y leales los valores de la familia, que se desmiembra desde hace más de cuatro décadas,  cada vez más, en la sociedad totalitaria cubana. Ellas lo merecen, aunque las autoridades de la isla  hayan impedido que viajaran a Europa para recibir el galardón. Pero el mejor premio  que podría otorgárseles sería la libertad de sus familiares y la desaparición de las situaciones de peligro. A los gobiernos de la Unión Europea, creyentes en el ‘diálogo’ con el gobierno cubano, se les presenta una buena oportunidad para romper lo que realmente es un ‘soliloquio’: si lo logra, demostrará la efectividad de su política hacia el régimen de la isla; de lo contrario, el presunto ‘diálogo’ continuará siendo una ridiculez demagógica.

Ricardo, para el régimen cubano, era ‘un enfant terrible’ o, más bien, insoportable: antes de ser condenado a 20 años de prisión, escribía desde La Habana, como corresponsal de Reporteros Sin Fronteras, sobre lo que se silencia en la isla (las sentencias monumentales de encarcelamiento son utilizadas por el gobierno totalitario para eliminar a quienes discrepen abiertamente); era –es— el presidente-fundador  de la sociedad de periodistas Manuel Márquez Sterling, destinada a impartir cursos de instrucción para los periodistas independientes bisoños, entre otras tareas de índole  técnico-profesional; fundó y dirigió la revista De Cuba, de circulación interna (ante este, y otros éxitos de los opositores pacíficos, las autoridades de la isla reaccionaron con el ‘gorilazo’ primaveral del 2003) y, por si fuera poco, Ricardo creó la Biblioteca Independiente Jorge Mañach; todo, para que la gente pudiera informarse o leer lo que quisiera, incluso, lo considerado un sacrilegio político en la isla.

Ahora Ricardo tiene un número de cama, de historia clínica, de prisionero, es un enésimo hombre en situación riesgosa. No le den las espaldas. No lo merece. Él no se las dio a otros cuando lo necesitaron. Él no se las daría a ustedes si corrieran algún riesgo por ejercer sus derechos de hombres libres.
 

*Iria González-Rodiles: Periodista Independiente de Cuba Press desde 1995. Sus artículos, escritos desde La Habana, se publicaron  en las páginas WEB de la SIP, RSF,  Nueva Prensa Cubana, Instituto de Economistas Independientes, Cubaencuentro, etc. También aparecen publicados en el New Herald, Diario de las Américas, Revisa Hispano Cubana y Nueva Prensa Cubana. Desde Suiza,  ha escrito para las páginas WEB de La Nueva Cuba, NotiCuba Internacional,  Somos Cubanos y España Liberal, entre muchas otras.