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Artículos
El gatillo y la escopeta
Por Huber Matos A.
Los que insistían en la
recuperación del tirano, súbitamente enmudecieron. Ni Daniel ni Evo lo
visitaron. Hasta el heredero guardó silencio. Prefirieron sacar la
chatarra soviética para amedrentar al pueblo. Como en Corea del Norte,
las banderitas se agitaban al unísono. La mirada siniestra de Ramiro
Valdez lo decía todo. En la próxima marcha gritarán: ¡Viva Marx, Viva
Lenín, Viva Raulín, Viva Putín!
No nos engañemos. Liberan a Héctor Palacio pero Jorge García Pérez (Antúnez)
está preso hace 17 años. Detienen arbitrariamente al periodista Ahmed
Rodríguez Albacia y acaban de condenar a cuatro años al periodista
Raymundo Perdigón Brito. El preso de conciencia Normando Hernández está
grave por una enfermedad que denuncian como contagio premeditado.
Ramiro Valdez aclaró el misterio de Raulín. No es el nuevo líder, sino
el cancerbero, el perro guardián de los privilegios que todos protegen
con celo. Quieren mantenerse en el poder y lo van a intentar aunque la
economía cubana no puede satisfacer las necesidades de una población que
envejece y no trabaja. En otras naciones la disminución de la natalidad
se compensa con inmigrantes, pero Cuba no puede porque nadie va a sufrir
miseria en tierra ajena. Los dólares de Chávez no alcanzan y una
apertura auténtica es muy riesgosa.
El modelo Chino requiere cuantiosas inversiones extranjeras y un mercado
insaciable. ¿Para qué instalar una fábrica en Cuba cuando se puede hacer
en México? Si incluso este país tiene desventajas competitivas,
imagínense la productividad laboral en la tierra de Raulín. En China,
los salarios son bajísimos, la infraestructura crece por horas y los
trabajadores son infatigables. No habría milagro chino sin mercado
estadounidense. El modelo de India requiere cientos de miles de
profesionales con dominio de las nuevas tecnologías, el inglés y una red
informática avanzada.
El turismo es el único producto diferenciado que puede vender la isla,
pero no hay razón para invertir en Cuba, cuando hay menos riesgo en
otros países. Hasta los españoles están nerviosos; temen que en un
conflicto el pueblo los linche y les queme sus hoteles. Por eso pronto
van a coquetear con gente de la oposición para que en el futuro les
ayuden a salvar sus intereses. El turismo teme la inestabilidad social y
se evaporará cuando se repitan disturbios como los de este miércoles 5
de diciembre en Sancti Spiritus.
Por todas estas razones el estilo de Putín es la única opción. No es más
de lo mismo, pero es algo parecido. Los rusos aterrorizan a los
chechenios, asesinan a los periodistas independientes, envenenan a
opositores y cocinan en vivo con Polonio 250 a los desertores. Pero se
las dan de capitalistas y son amigos de Washington.
Para copiar a Putín, la mafia de Raulín debe mantener neutralizado a un
exilio al que temen. Apelar a una dosis de pragmatismo de los
republicanos o de los “demócratas”. Estos ya lograron la mitad del poder
y lo que les falta -24 meses- es un abrir y cerrar de ojos para hacerse
de la otra mitad. Ya tienen en España el gran cómplice. Cuentan con la
indiferencia de los políticos de Latinoamérica. También necesitan la
cooperación de algunos disidentes.
La situación de Fidel agrava la crisis del castrismo pero no es su
entierro. El futuro de Cuba no puede dejarse ni al destino, ni a
Washington. Ni ahora con Bush, ni después con nadie. Recordemos Playa
Girón, a los guerrilleros que perecieron sin ayuda en el Escambray y a
los pilotos de Hermanos al Rescate desintegrados sobre aguas
internacionales ante los ojos y pasividad del gobierno norteamericano.
La auténtica transición depende de los cubanos de adentro y de los de
afuera. En lugar de lamentarnos de la parálisis de un pueblo que ha
estado en una camisa de fuerza por medio siglo quien tiene que dar el
ejemplo es el exilio, luchando sin cuartel por los de adentro. José
Figueres dijo un día que los exilios no son la escopeta pero son el
gatillo.
¡Abajo Marx, Abajo Lenín, Abajo Raulín, Abajo Putín!
Diciembre 8 de 2006
San José, Costa Rica.
hubermatos@gmail.com
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