|
|
Artículos
Odio e hipocresía.
Por Orlando Fondevila
La guerra de Irak, se dice, produjo una fractura en las relaciones entre
Europa y Estados Unidos. Creo más bien que lo que ocurrió fue una puesta
en escena del enfrentamiento existente entre Estados Unidos y la “vieja”
Europa, que dijera Rumsfeld. Porque, al contrario de lo que esas fuerzas
y su prensa nos quieren hacer creer, Europa no es sólo Francia, Alemania
y Bélgica (y ahora la triste España de Zapatero). Claro, ya sabemos,
Rumsfeld y Bush son las bestias negras de la izquierda a nivel
planetario, de la locura islamista y de la “vieja” Europa. Sin olvidar,
por supuesto, a Israel.
Basta asomarse a los noticiarios de televisión o radio, o a la prensa
escrita, salvo honrosas excepciones, para darnos cuenta del odio y la
hipocresía que rezuman. La verdad es que provoca indignación. Y miedo.
Por estos días un español de origen marroquí, que fue capturado por las
tropas norteamericanas en Afganistán y que estuvo detenido en la base de
Guantánamo, devuelto a España, acaba de ser puesto en libertad. Fotos en
la prensa, reportajes televisivos. Titulares con sus declaraciones. El
susodicho no hizo nada malo, sólo se fue a Afganistán para unirse a los
talibanes, esos “angelitos”, como todo el mundo sabe. El pobrecito
declara, ante la prensa escandalizada, lo mucho que sufrió. Le obligaban
a escuchar por los altavoces canciones patrióticas yanquis. ¡Qué tortura!
Para la mayoría de la prensa española es una víctima de la maldad de
Bush, ese Diablo. Casi un héroe. Por cierto, hasta ahora no he visto ni
un solo reportaje acerca de lo que ocurre en el otro lado de Guantánamo.
Ni una nota de las denuncias que a diario nos llegan de la Isla de las
brutales condiciones carcelarias que sufren los presos políticos cubanos.
Nunca han aparecido en la prensa española los nombres y las fotos de
Biscet, o de Marta Beatriz. Ahora la Unión Europea dice felicitarse por
las excarcelaciones que han tenido lugar en Cuba y se está pensando en
revisar la posición común. ¡Qué bonito!
Por estos días la gran prensa europea, y la española en la avanzadilla,
nos ha “informado” abundosamente sobre la decisión del Tribunal de La
Haya declarando “ilegal” la valla que levantan los israelíes para
separar a los palestinos del territorio israelí, con el objetivo de
frenar el terrorismo que desangra al Estado judío. No nos dicen que en
los últimos meses los atentados terroristas en Israel han decrecido nada
menos que en un 90%. Y no nos dicen de qué otra manera pudieran evitarse.
Nada nos dicen de que la propia organización que lidera el más veterano
de los terroristas del mundo, y uno de los más corruptos, yasser Arafat,
participa de estas acciones. No, porque aunque no lo digan, las víctimas
son judíos, esa mala raza, ya se sabe. Por cierto, casi no nos han
dejado saber que el “juez” de tan famosa Corte que leyó la sentencia,
fue un chino. Sí, un chino de la República Popular China, ese modelo de
democracia y de respeto a los derechos humanos, ya se sabe. Todo es
culpa de Bush y de Sharon, esos halcones. Parece que las palomas son el
Rais y los chicos de Hamas, que incluso preparan a sus niños en las
escuelas para cometer atentados suicidas.
Por estos días la gran prensa europea, y cómo no, la española, modelos
excelsos de humanismo y progresismo, han abrumado nuestras conciencias
con su preocupación por el próximo juicio a que será sometido Saddam
Hussein. La Unión Europea incluso llegó a pedir a las autoridades del
Gobierno Provisional de Bagdag que el sanguinario tirano fuera sometido
a un juicio justo, con todas las garantías (como a Milosevic) y que en
ningún caso se le aplicara la pena de muerte. Al presentársele al tipo
de las muelas enfermas y los piojos los cargos de que se le acusa,
conociendo la resonancia de sus palabras dijo desafiante: “el criminal
de guerra es Bush”. Ese fue el titular de los periódicos, acompañado de
una enorme foto. Con el comentario añadido de que se le había visto
desmejorado. Sin comentarios. Por cierto, por esos mismos días algunas
organizaciones del exilio cubano organizaron en una céntrica plaza de
Madrid una recogida de firmas pidiendo la democracia para Cuba.
Desplegaron telas con los nombres de 10 000 fusilados por el régimen de
Castro. Pues ni una miserable nota apareció en la gran prensa de los
grandes humanistas y progresistas.
Con alguna frecuencia aparecen en la gran prensa europea y española
referencias negativas hacia algunos intelectuales que nos avisan de los
graves peligros que para nuestra civilización representa el integrismo
islámico. Se repudia groseramente a Huttington y a Oriana Fallacci.
Contrariamente se trata con verdadero arrobo a personajes como Noam
Chomski o el inefable García Márquez, quienes descaradamente
justificaron la voladura de las Torres Gemelas. Estos son los santones
de la izquierda europea y en general de la “vieja” Europa, junto al
payaso Daniel Fo, o al burdo antisemita Saramago, entre otros. Por
cierto que Saramago, que tanta ira mostró, y tanto “valor”, para
abrazado a Arafat acusar a Sharon de ocasionar un “holocausto” a los
palestinos, ha mantenido cerrado ojos y boca ante la ola de
antisemistismo que ahora mismo recorre Europa, singularmente a Francia.
Ni Saramago, ni ninguno de los santones. Y la gran prensa, ha pasado de
puntillas.
¿A qué seguir? La “vieja” Europa y la siempre antigua izquierda están
enfermas. Enfermas de odio y de hipocresía. Es muy importante que los
cubanos lo sepamos bien. Porque a las puertas de los cambios que vendrán
tendremos que escoger camino. Y son muchos lo que quieren llevarnos por
el camino equivocado, el del modelo de la “vieja” Europa, y el de la
siempre antigua izquierda.
|
|