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Artículos
Oswaldo Payá y el Capitán Cebollita.
Por Carlos Wotzkow
"Es necesario que los cubanos den un paso contra el miedo. No es dar un
golpe contra el que oprime, es decir que no a la represión."
Oswaldo Payá
Muchos amigos dicen que no tengo razón. Algunos dicen que la tengo, pero
que no es el momento de atacar a ningún disidente. Yo, estoy en
desacuerdo con todos. Yo no les ataco. Yo solamente digo lo que pienso
de los mil y un proyectos que andan circulando sobre Cuba. Y como yo no
pertenezco a ninguno (pues no me interesa el beneficio político de
ninguno), pues escribo LIBREMENTE sobre ellos. En este caso, hablo del
Proyecto Varela y del Programa Transitorio, o lo que es lo mismo, del
que los firmó como su autor principal (sin serlo). A fin de cuentas, él
(Payá) no ha desmentido que sea el resultado de una sola cabeza (o al
menos de un sólo bolsillo a la hora de cobrar los premios), y sin
embargo, son proyectos que han mandado a la cárcel a un buen número de
cubanos y ha dejado sin empleo a otro tanto.
Eso si, el "Proyecto Varela" no ofrece peligro al que lo ha creado: un
católico que hasta hace poco lucía las costillas como el más pobre de
los misioneros, pero que hoy exhibe un barrigón que deja flacos a los
Cardenales más hambrientos con que cuenta el Vaticano. Orlando Fondevila
hablaba de que al "gordo" Raúl (Rivero) habría que decirle "el flaco"
Raúl Rivero por culpa de los efectos desastrosos que le ocasiona la
inmunda e inhumana prisión de Fidel Castro. Yo, por el contrario, diría
que al flaco Payá habría que llamarle ahora "el gordo Payá", por obra y
gracias de los efectos que genera ganarse un premio europeo y consumir
miles de dólares de apetitosos productos de la "diplotienda" castrista.
Esto, sin contar la tranquilidad que implica gozar de la protección de
los agentes de la seguridad cubana.
Hace unos 3 meses, Fidel Castro aseguraba que los norteamericanos
querían (todavía) eliminarlo. Después, hablaba del recrudecimiento del
bloqueo, y hasta de una invasión que planeaban contra Cuba al estilo
Irak. Manifestaciones, movilizaciones, y gastos absurdos a la economía
más pobre del hemisferio con tal de seguir en la primera plana de las
noticias. Pues lo mismo nos lo está transmitiendo el aburguesado Payá.
Primero, copió a Fidel Castro diciéndole al mundo que este quería
matarlo, que temía por su vida y que debían prestarle más atención a él.
Ahora, le vira los cañones (sin mencionarlos) a gente como Vladimiro
Roca, Martha Beatriz Roque y Oscar Elías Biscet y acusa a todos los que
se salgan del "Proyecto Varela" de ser parte de un proyecto exterior
dirigido desde los EEUU.(1)
Yo no sé si mis lectores recuerdan cuando dije que muy pronto Payá
estaría imitando a Castro y diría "Con el Proyecto Varela todos, contra
él nadie"(2). Bueno, pues ahí lo tienen, gordito, rebozando la salud que
les falta a todos los prisioneros de conciencia, atacando las
iniciativas de los otros disidentes que no le siguen su proyecto amañado,
imitando a Gutiérrez Menoyo y tildando de injerencia norteamericana los
tímidos pasos dados desde la Casa Blanca. Y mientras algunos en el
exilio se preocupan por la vida de este payaso, a Payá le reparan la
casa los mismos albañiles que trabajan en las mansiones del MININT en
Miramar (hay un runrun). Para colmo, nadie le sale al paso y le dice que
él es una marioneta de la Unión Europea y un detestable esbirro al
servicio de España y sus mezquinos intereses económicos en Cuba. Bueno,
bueno, es que los cubanos vivimos en un mundo interior un tanto
desordenado y a veces nos invierten los órdenes establecidos y no
siempre nos es posible separar lo correcto de lo absurdo.
Hace un par de meses, Oswaldo Payá escribió a toda carrera un proyecto
transitorio chapucero y excluyente. En él decía más o menos así: ¿el
exilio?... ¡a tomar por c...! Quería que sus amigos del Opus Dei, los
socialdemócratas de Europa y el presidente Aznar supieran que él seguía
activo y que su injerencia en los asuntos de Cuba no se había hecho
notar. Vital si se entiende por "activo" ser el candidato al apoyo (en
dólares) que ellos representan. Los que saben del postmodernismo dicen
que el soporte convencional al orden establecido suele basarse en la
afirmación de que el dualismo de la jerarquía es algo natural. Por eso
en "El Mikado", al sastre Koko le han condenado a morir decapitado y en
cambio lo elevan al cargo de Lord Ejecutor. Y todo porque en Titipú (al
igual que en Lawton), es evidente que nadie va a cortar la cabeza del
que intenta salvártela.
Entonces llegan las críticas del exilio (ah, el malvado exilio de Miami,
claro está) y este cristiano egocentrista se siente marginado. Primero
dice que no se merece las críticas, luego llora que el exilio lo
acorrala, y finalmente, como su amigo Fidel, teme por su vida, pues
alguien lo quiere matar. ¿No es una payasada que hablen de temer la
muerte los dos cubanos más protegidos del mundo? Al primero lo protege
una escolta de 1'200 hombres cada día, mientras que al segundo lo
protege la seguridad de su candidatura al premio Nobel. ¿Alguien cree
que Fidel es tan estúpido? ¿Si? ¿Al grado de matar a la gallina de los
huevos de oro? Todos conocemos más o menos a las jerarquías de nuestra
vida política y he aquí otra que hoy me viene a la cabeza. La de los
adinerados Premios Sajarov que pueden permitirse el lujo de reparar la
casa y luego se hacen las víctimas.
¡Y que haya ancianas sin pensión en Cuba que pueden llegar a perder la
libreta de abastecimiento por firmar el Proyecto Varela!
Los naturalistas solemos dividir el mundo en el dualismo de los
depredadores y las presas, pero qué obvio que en el terreno de la
dominación política sean los cabrones los que ocupen siempre el lugar
que debería corresponder a las verdaderas víctimas. No niego la validez
de las observaciones de mis amigos, pero tampoco dudo de estos análisis
personales que muchas veces funcionan. Como mismo diría el macho
preferido del Gabo (hablo de Castro, no de Shakespeare): generalmente el
pez grande se come al chico y no viceversa. Mi estilo preferido es el de
la duda y es empírico, pero prefiero cuestionar la generalidad que la
mayoría acepta y casi siempre termino por encontrarles un ejemplo de
carne y hueso. Pido disculpas al laureado disidente por ser tan molesto,
pero supongo que se deba a mi naturaleza dual y humana. En cuanto a sus
propuestas, pediría solamente que fueran más cubanas y un poco menos
españolas.
Hace rato que tengo en mi computadora un fichero que he titulado "HP
cubanos por orden alfabético". Hace rato que esperaba encontrar
ejemplares únicos. O sea en el que pudiera poner a los cubanos pequeños,
de ideas trasnochadas y temerosos de ser asesinados, pero que a veces se
creen grandes, firman lo que otros les escriben y se convierten en seres
peligrosos para los demás. Ahí tengo entonces a otro ejemplar fascinante,
y más que suficiente para incluirlo y acabar con este texto. Los que hoy
encabezan mi archivo no son únicos, allí los hay Castro, los hay
Estefanía, los hay Menoyo, los hay Rojas y ahora, también los hay Payá.
Tal vez luego apunte otros. Al fin y al cabo Cuba es el país de las
maravillas y Alicia, mi querida espía del CDR, no se va a disgustar
porque yo lea la sentencia un poquito antes que mi veredicto.
1.- Marin, Mar. (2004): Transición desde el exterior es un error, dice
Payá. EFE y Noticuba Internacional. La Habana Marzo 6, 2004.
2.- Wotzkow, Carlos. (2003) Se le subió el premio (Sajarov) a la cabeza.
La Nueva Cuba. Diciembre 21, 2003.
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