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Artículos
Incongruencia.
Por Dr. Braulio Arencibia.
Siempre me he opuesto a la idea frustrante de que lo
pueblos se merecen el gobierno que tienen pero ya no estoy tan seguro de
mis argumentos. En el exilio nos pasamos la vida diciendo que los
gobiernos norteamericanos no han hecho ni hacen nada por liberar a Cuba
del régimen tiránico que padece por casi medio siglo y los opositores de
la Isla; conocidos y anónimos, dicen cosas que nos hacen pensar lo mismo.
Es claro que la mayoría de los cubanos de adentro y de afuera se oponen
a Castro, y la mayoría de esa mayoría me daba la impresión que tenía
como única esperanza de liberación de Cuba, la ayuda norteamericana. Sin
embargo, nadie ha dicho como se debe dar esa ayuda y para mi es un
misterio que no logro poner en claro, pues cada vez que los EE.UU. hacen
algo que dicen que es con ese fin, la casi totalidad de las voces
cubanas, descontadas las oficiales de la tiranía por supuesto, ven en
ello maniobras electoreras e injerencia en los asuntos cubanos. Ahora
mismo las medidas recientes del gobierno republicano han despertado esa
vieja reacción.
Son demasiados los que critican los viajes de placer a Cuba de los
cubanoamericanos y de los cubanos residentes en otros países. Siempre
hemos tenido tolerancia con eso y hasta hemos justificado a los que van
por nostalgia del terruño y de la familia aunque nunca hemos podido
conciliar esta actitud con la de abogar porque a los norteamericanos de
otros orígenes se les mantenga la prohibición de viajar cuando el buen
ejemplo de no hacerlo debemos darlo nosotros mismos sin que nadie nos lo
imponga. Tampoco me ha parecido irracional la idea tantas veces
enunciada de que los más productivos para el castrismo, desde el punto
de vista económico, somos los exiliados. Desecho el razonamiento
concomitante de que somos los que lo mantenemos en el poder por ilusorio
y desconocedor, pues ninguna crisis económica lo va a derrocar con la
voluntad del tirano de permitir que se hunda la Isla y que muera todo el
pueblo antes de entregar ese poder que es su única y primera razón de
gobierno.
La cuenta es fácil, si antes le entraban mil millones por los viajes a
Cuba todos los años, a veces más de una vez, ahora eso se disminuye a la
tercera parte. Si las “mulas” llevaban todo el dinero que querían y
ahora no lo podrán hacer más y sólo se permitirá el envío de 1200
dólares al año por agencias oficiales que puedan ser controladas, no sé
entonces como esto puede ser tomado como un diseño para programar la
transición desde afuera.
Si se le ofrece apoyo y sostén a la disidencia u oposición interna es
porque en ella se ve el germen del cambio en Cuba y no veo entonces por
qué se da como director de ese cambio a los EE.UU. o al exilio o a otro
cualquiera que no sea la oposición interna.
Si todo el mundo se queja de que TV y Radio Martí son interferidos por
el gobierno, me parece entender que es porque querrían que esas ondas
pudieran ser captadas por lo cubanos en Cuba, y cuando se implementan
las acciones para que así sea, se critica hablando de injerencismo y de
querer trazar la forma del cambio en Cuba.
Creo resueltamente que ningún pueblo se puede quitar de encima una
dictadura que cierra todos los espacios de oposición a ella y que tenga
dominio absoluto, como Cuba, de las armas y la represión que puede
ejercer a cara descubierta o disfrazada de cualquier cosa como abogados
y tribunales, porras de “pueblo enardecido”, calificaciones peyorativas,
acusaciones de agentes de potencias extranjeras y todas las vilezas
oficiales juntas que los cubanos conocemos más que de sobra para llegar
a la terrible conclusión de que si el régimen no cede a las presiones,
como hicieron los gobiernos del este europeo, nada que no sea una fuerza
externa y suprema lo sacará del poder.
No defiendo ni por un instante una invasión norteamericana a Cuba pero
no dejo de reconocer que es lo único que cambiaría rápidamente el
sistema de opresión total que se vive allí y me parece que esto es lo
que querrían los que critican a los norteamericanos cada vez que le
ponen más presión al castrismo, sea por intereses electorales o por los
que sea.
Lo otro es seguir esperando que el tirano se muera de viejo, cosa que
hace tiempo viene ocurriendo, y que lo sustituya uno con menos
determinación de dictador que lo haga plegarse a las demandas de todo un
pueblo amordazado y preso y de todo un mundo civilizado que lo pide a
diario, pero si no es así habrá comunismo para siempre allí y los
opositores se morirán de viejos en la casa vigilada o en las prisiones,
de palizas, de enfermedades mal atendidas y nosotros acá de nostalgia y
de desacuerdos con todo el mundo.
Fuente:
www.camagueyanos.com
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